Agentes de la Guardia Civil con una patera. | Redacción Local

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La gran afluencia de migrantes por aguas del Mediterráneo trae consigo nuevos perfiles que llegan a las Baleares. A pesar de que el 80 % de las personas localizadas en estas costas son de nacionalidad argelina, hay más de un 10 % que provienen de otras partes de África, y este año destaca población originaria de Burkina Faso, Mali y Níger. Entre los motivos, destaca el auge del islamismo, los conflictos interétnicos y el repliegue de las tropas francesas en la zona, explican los expertos.

El número de pateras y tripulantes procedentes del norte africano es cada vez mayor. Hasta la fecha de hoy, se han interceptado 68 pateras y 943 migrantes –según los últimas datos recogidos por la Delegación de Gobierno–. Son una cifras que septuplican las de 2019 –41 pateras y 507 personas– y que a falta de que acabe el año ya se asemejan al balance del año de la pandemia. Sin embargo, 2021 continúa encabezando el mayor volumen de migrantes que llegaron a las costas baleares.

«Hay una tendencia creciente este año. Observamos que estas últimas semanas están llegando con mayor asiduidad. Tras detectar este crecimiento, cada año nos preparamos más», explica Victòria Avellà, responsable de Salut, Socorros y Emergències de Creu Roja Baleares. Reconoce que «sí se percibe una llegada distinta a la que hemos tenido y más sostenida en el tiempo». A propósito de ello, la entidad nacional diseñó este año un plan de contingencia para dar apoyo a aquellos territorios con un mayor índice de intercepciones.

Creu Roja cuenta con tres espacios para recepciones a los migrantes. A pesar del gran flujo de llegadas en patera, la responsable del área de Socorros asegura que no hay saturación y recuerda que, de haberla, «existen centros logísticos en España» que dan apoyo material y humano.

Más mujeres con niños

Si bien es cierto que el varón argelino de mediana edad que viaja solo predomina en las embarcaciones, las últimas llegadas masivas constatan perfiles distintos que no eran comunes. Avellà expone por ejemplo un ligero aumento de familias, es decir, mujeres con niños. También destaca la presencia de personas con discapacidad. Las patologías que más se diagnostican entre los migrantes son quemaduras solares, por gasolina y otro tipo de heridas. La jefa del área de Socorros también señala enfermedades crónicas o agudas –como la hipotermia–, pero la mayoría no requiere aquí ingreso hospitalario.

El procedimiento de gestión de la llegada de personas irregulares a estas costas parte de la intercepción en tierra y en mar, por los servicios marítimos. Creu Roja es la entidad que a continuación actúa y realiza un control sanitario de primera asistencia. Las pruebas diagnóstico es uno de los pasos que ya no se realizan, como antes sí, a no ser que la persona tenga síntomas. Pasan a ser custodiados durante un máximo de 72 horas en los dispositivos de la Policía Nacional hasta que se inicia los trámites de procesos de devolución.

Victòria Avellà recuerda que la actuación de la entidad es humanitaria. Son equipos multidisciplinares de entre cinco y seis voluntarios y trabajadores quienes se desplazan al punto de intercepción de los migrantes. ¿Quiénes podrían ser solicitantes de asilo? Avellà responde que «aunque es una pregunta que contemplamos, no es nuestra labor, sino más bien de la Policía Nacional». En este caso, el equipo de Creu Roja lo que sí hace es valora el grado de vulnerabilidad de cada inmigrante a través de unos cuestionarios que luego trasladan a los agentes. La mayoría de personas migrantes llegan a Baleares en patera lo hacen sin más muda, documentación ni dinero. El papel de la entidad radica, en este caso, en una asistencia integral, desde comida, agua y ofrecer kits de higiene básica.