Los participantes, portando elementos de playa, se concentraron en la céntrica plaza y desplegaron sus pancartas.  | Jaume Morey

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Una veintena de personas se concentró este juevesen la fuente de la Plaça de ses Tortugues, en Palma, como protesta contra «el calentamiento global y el sinsentido que alimenta las crisis energética, climática y alimentaria». Convocados por Rebel·lió o Extinció Mallorca, los participantes se concentraron para, provistos de atuendos de playa (bañadores, sombrillas, toallas, gafas de buceo o balones), expresar así su rechazo a «la confluencia de múltiples crisis que afectan gravemente la vida del planeta». También llevaban corbatas, destacando de este modo que renunciar a ellas no es suficiente para detener la crisis climática.

Desplegaron dos pancartas en las que podía leerse: Declarar l'emergència climàtica no basta. No escoltar la ciència ens precipita al col·lapse, en una, y Comencem a estimar el planeta. El gas i la nuclear no les pintem de verd, en otra. También corearon consignas como Obrim la democràcia; Justícia ambiental, justícia social; o Mallorca no és ilimitada.

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Posteriormente, procedieron a la lectura de un manifiesto en el que señalaron que «estas crisis agravan la situación de los países más pobres y se juntan con episodios climáticos cada vez más extremos y prolongados. En los últimos 50 años hemos quemado el 90 % de los combustibles fósiles y casi triplicado la población mundial».

A nivel local, los manifestantes expusieron que «50 años de turismo sin límite en Mallorca han cambiado nuestra forma de vida y nuestro entorno paradisíaco. Aguantamos la presión de millones de turistas al año, pero nuestros sueldos están por debajo de la media española y de las necesidades básicas de vivienda y alimentación».