Voluntarios de la entidad Mallorca sense Fam, participante en el estudio de la UIB. | Redacción Local

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Investigadores de la Universitat de les Illes Balears (UIB) han detectado efectos como malnutrición, obesidad y sobrepeso entre las personas vulnerables a raíz de la pandemia de la COVID-19, según un estudio presentado este martes en el que han participado más de 400 beneficiarios de Mallorca Sense Fam. En concreto, la investigación, denominada 'Seguridad alimentaria en población vulnerable demandante de ayuda alimentaria durante la pandemia de la COVID-19', destaca un consumo «muy bajo» de verdura, fruta y pescado, y una ingesta «elevada» de carne y carne procesada.

Así, el 62 por ciento de los encuestados presentan sobrepeso u obesidad, y el 40 por ciento presenta alguna enfermedad, relacionada sobre todo con el síndrome metabólico -hipertensión arterial, diabetes y otras afectaciones cardiovasculares-. Además, como consecuencia de la pandemia y la falta de ingresos, el tipo y cantidad de alimentos consumidos «se han visto modificados» y, en este sentido, se observan restricciones en el uso de la comida como gratificación, «un hecho que afecta al estado de ánimo de manera negativa», han aseverado desde la UIB.

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Con todo, se ha detectado que el 70 por ciento de los encuestados muestra un grado de satisfacción alto o muy alto con la bolsa de productos que Mallorca Sense Fam entrega a las familias. Un cuarto estudio de la UIB, también presentado este martes en rueda de prensa, ha detectado en las personas usuarias de la Fundació Deixalles efectos como soledad, aislamiento o distanciamiento de las redes sociales y familiares a raíz de la COVID-19.

Según los investigadores, estos estados afectan a su salud mental y podrían derivar en conductas adictivas. Asimismo, los resultados también muestran «preocupación» en relación al acceso a un trabajo remunerado o el bienestar de su familia. Por lo que respecta a los profesionales de la Fundación, el estudio refleja en ellos «desgaste emocional, estrés o angustia», así como «dificultad de gestionar imprevistos» a causa del teletrabajo y la «frustración» de no poder atender a todos.