Un total de 220 personas vuelven a estar ingresadas en los hospitales de Balears a causa de la COVID. La incidencia es ya alta entre mayores de 60 años y la proporción se incrementa cuanto más avanza la franja edad. Las autoridades piden cautela.  | M. À. Cañellas

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Vuelve aquella época en la que todo el mundo tiene uno o varios conocidos que han dado positivo en COVID. Y la sensación se corresponde con las cifras, los expertos coinciden en señalar que Baleares está viendo crecer la séptima ola de crecimiento de contagios de la pandemia, la menos mediática de todas ellas y también la más incierta, al no conocer restricciones para frenarla y que la variante que ahora circula tiene un alto escape inmunitario.

Hace una semana que el laboratorio de Microbiología de Son Espases observa un crecimiento exponencial de positivos. La mayoría de ellos, avisan, ya son de la subvariante BA.5 de ómicron, entre el 60 y el 70 %, lo que implica que se enciendan todas las alarmas. Los síntomas de esta nueva subcepa «son muy leves», aclara el portavoz del comité autonómico de enfermedades infecciosas, Javier Arranz. Sin embargo, «se salta la inmunidad a los tres meses del último refuerzo de la vacuna», advierte. Y «sí, hay un aumento importante, la sensación es de que estamos en una tendencia hacia arriba, acelerada», prosigue el experto.

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A falta de conocer la actualización de casos que el Ministerio hace los viernes, la semana pasada la incidencia en mayores de 60 años en Balears (como se recordará ahora sólo se le hace el test de diagnóstico a esta franja de edad, junto con el resto de personas vulnerables) era de 660 casos por 100.000 habitantes a 14 días. Algo más alta que la media estatal. Además, ayer se supo que hay 220 personas ingresadas en un hospital de las Islas a causa de la COVID, 60 más que hace una semana. De éstas, 203 están en planta y 17 en una UCI, cuya ocupación es del 4,7 %.

«Hay una nueva ola y no sabemos si será importante, pero se vuelve a juntar todo: movilidad, Sant Joan, conciertos, revetlas… Al final el mensaje, con la actual foto, es: cuida a los tuyos, a quienes pueden pasarlo mal, que es lo más importante de todo», advierte Arranz. «Los mayores, los inmunodeprimidos, las embarazadas... pueden infectarse y puede suponer un problema», concluye. Y es que si algo se sabe de la pandemia es que cuando crece el denominador de contagios, al final repercute en los hospitales y en fallecimientos. Balears ha registrado cinco más en esta última semana y ya son 1.421 las personas que han perdido la vida a causa de la pandemia.

La información positiva llega de la tendencia registrada en Sudáfrica, donde se detectó por primera vez esta subvariante y «allí no duró mucho», recuerda Javier Arranz. Además se espera que después de verano se pueda suministrar un nuevo recordatorio de la vacuna, esta vez más actualizada al virus que circula. Mientras tanto, se prevé una fuerte expansión en las próximas dos semanas por lo que se pide prudencia para no volver a las puertas de un cambio de estrategia, más restrictiva.

Punto de vista
Germà Ventayol

El virus se queda

Germà Ventayol

Ya vamos por la séptima ola, y lo que te rondaré morena. El virus de la COVID con todas sus variantes y subvariantes no tiene la más mínima intención de marcharse y menos de dar su brazo a torcer, nos salvan, eso sí, las vacunas. Sintomatología leve y en el peor de los casos unos días fuera de combate; nada que ver con los inicios de la pandemia. No obstante, la realidad se impone, el sistema sanitario no permanece ajeno a este repunte de contagios. Con todo, y en las actuales circunstancias, quizá sería conveniente un recordatorio de las medidas básicas de prevención por imposible que sea su aplicación habida cuenta del desenfreno lúdico festivo en el que estamos inmersos.

Las claves
  1. Dolor muscular y síntomas catarrales

    Si bien la alteración del olfato se vio en las versiones originales del virus ahora hay más síntomas catarrales. A su vez se mantienen, en muchos casos, la fiebre y el cansancio o dolores musculares. Los pacientes graves siguen teniendo alteraciones inflamatorias que pueden causar arritmias, tromboembolias o neumonía. 

  2. La reinfección por el virus, es posible

    Es poco probable que una persona que se haya contagiado con la variante ómicron vuelva a reinfectarse de una subcepa, pero no imposible. La BA.5 tiene un mayor escape a las vacunas y, además, los últimos recordatorios se pusieron, en el mejor de los casos, a principios de año. Además, en verano crece la movilidad, lo que favorece la transmisión.

  3. «No queda nada de la cepa original»   

    El jefe del laboratorio de Microbiología de Son Espases, Antonio Oliver, describe la subcepa BA.5 como «una vuelta de tuerca más». Asegura que ésta    «es la forma que está teniendo el virus de persistir», sin embargo «no cambia nada, de forma sustancial, respecto a la BA.1 o BA.2 de ómicron. De la que no queda ni rastro «es de la cepa original, la de hace dos años».