Carpa instalada en la Rambla. | CAIB

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Si de repente nota que tiene dificultad para hablar, nota una pérdida de fuerza en un lado del cuerpo, tiene visión doble, o la pierde en un ojo… Podría estar sufriendo un ictus. Baleares registra anualmente cerca de 2.500, siendo la primera causa de muerte en mujeres y la segunda en hombres. Lo más importante, cuando esto sucede, es que uno mismo se dé cuenta porque el tiempo de reacción es determinante: cada minuto sin un buen riego de sangre en el cerebro mueren 2.000.000 de neuronas.

Este martes en la Rambla de Palma se ha instalado una carpa informativa, que después se volverá itinerante, con acciones de prevención de control médico de pulso y presión, ya que la hipertensión y la arritmia son dos de los factores de riesgo más común en el ictus. Llevar un control asiduo y una vida sana es la mejor manera de prevenirlo.

«La actuación de 061 es clave, igual que Atención Primaria. En caso de sospecha hay que llamar en seguida y, según las características, se activa el código ictus, ahí vemos qué casos van directos a Son Espases o a otros hospitales», explica el jefe del servicio de Neurología de Son Espases, Bernat Sureda. Además, Ibiza y Menorca fueron los primeros en poner en marcha el teleictus porque no les da tiempo a venir, el proceso empieza in situ por videoconferencia. «Cuando más rápido se activa todo más neuronas salvamos y cada vez tenemos más medios para hacerlo», añade.

Esta campaña se inició el pasado 29 de octubre con motivo del Día Mundial del Ictus y está recorriendo las provincias de Aragón, Catalunya, Comunidad Valenciana, Navarra e Illes Balears, además de Portugal. En Balears está coordinada por la Dirección General de Prestaciones y Farmacia y la Asociación para la Rehabilitación de Accidentados Cerebrales de Baleares (REHACER). «Hoy en las Islas manejamos cifras que estremecen, hay unas 5.000 familias en las que alguien ha sufrido un ictus», explica su gerente Teresa Villar. «Para mí la asociación fue mi salvación, donde empiezas a luchar, como cualquier madre, con uñas y dientes para que mi hijo saliera de ahí, que saliera del coma y llegara lejos», explica, mientras recuerda que las familias son las grandes olvidadas en este tipo de procesos.