Imagen de la calle Sindicat con todos sus comercios cerrados durante la pandemia. | Efe

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PIMEM y la Fundació Impulsa de Balears prevén que a partir de julio se produzca una avalancha de concursos de acreedores en todas las Islas debido a la finalización de las moratorias concursales y la carencia de los préstamos ICO que se tomaron como medidas ante la crisis provocada por la pandemia de la COVID. Desde 2020 ha habido un tapón en la ejecuciones hipotecarias y en la presentación de concursos. El director técnico de la Fundació Impulsa, Antoni Riera, indica: «No habrá más prórrogas, ya que no están justificadas pese al impacto de la guerra ruso-ucraniana. Se ha entrado en una reactivación económica y no hay justificación alguna, de ahí que las empresas no viables irán a concurso. Habrá un aumento importante».

El presidente de la PIMEM, Jordi Mora (en la foto circular), afirma, por su parte, que la moratoria de concursos de acreedores llega hasta el 30 de junio. A partir de esta fecha «no sabemos qué pasara, porque ya se ha alargado varias veces y si el Gobierno prevé que no se consolida la reactivación económica puede prolongarla de nuevo». Mora añade que en la actual coyuntura marcada por la pandemia y por cuestiones geopolíticas «hay mucha incertidumbre».

Respecto a los créditos ICO, Mora puntualiza que a finales del pasado año se logró aplazar seis meses más el plazo de carencia, «pero la petición oficial ahora es que se prolongue otros doce meses más, ya que a finales de junio se tienen que devolver y muchas empresas están en una situación de no reactivación por todo lo que ha ocurrido, pero principalmente por los costes energéticos y el encarecimiento de las materias primas». Afirma que en las ejecuciones hipotecarias Balears, a diferencia de otras autonomías, «está en una situación muy diferente, aunque el impacto, pese a ser escaso, tendrá grandes efectos negativos». Justifica esta apreciación por entender que el mercado de la vivienda en Balears «tiene salida por parte de las promotoras».

Un factor que preocupa tanto a la Fundació Impulsa como a PIMEM son los problemas derivados de la presentación de los concursos de acreedores. Antoni Riera enfatiza que «hay que diferenciar desde el primer momento el patrimonio empresarial de patrimonio personal, principalmente porque así se evitan más riesgos. Es una mala praxis entrar en esta dinámica porque se pone en riesgo el patrimonio familiar». Mora resalta también que no hay que vincular el negocio al patrimonio personal: «Cuando cae el negocio también lo hace el patrimonio personal, lo que se traduce luego en una crisis personal y familiar al perderse patrimonio personal».

PIMEM, en este sentido, ofrece asesoramiento a las empresas en dificultades y que tienen que afrontar procesos concursales. El presidente de la patronal insiste en que «desde la patronal informamos y aconsejamos a las pequeñas y medianas empresas de Mallorca que no mezclen patrimonio familiar con el patrimonio empresarial». La patronal insiste en que «hay que tenerlo perfectamente diferenciado desde el punto de vista jurídico y legal, de ahí el asesoramiento que ofrecemos para desbloquear situaciones complicadas que pueden poner en riesgo el patrimonio familiar». Hay muchas empresas de las Islas que por la crisis de la pandemia sí han tenido que mezclar patrimonios.