Encuentro. Las familias de acogida celebraron durante la jornada de ayer un encuentro en el Puig de Santa Magdalena para compartir lazos sociales. Al acto acudió la presidenta del Govern Francina Armengol (en la imagen), que fue una más entre las madres de acogida que hacen posible el programa Madrasa. | R.P.F.

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La ONG Escola en Pau reunió este domingo en el Puig de Santa Magdalena a los niños y jóvenes saharauis que viven en Mallorca diez meses al año para poder cursar estudios, y también a sus familias mallorquinas. Durante los tres últimos años, debido a la pandemia de COVID, no han podido viajar al Sáhara ni reunirse con la frecuencia habitual en la Isla. Ayer se trataba de intentar recuperar la normalidad y también el contacto social, mientras esperan volver pronto a su hogar.

La presidenta del Govern, Francina Armengol, fue una más entre las madres de acogida que hacen posible el programa Madrasa, una palabra que significa «escuela» en árabe. La fundadora de Escola en Pau, Carme Barceló, recuerda que fue en Mallorca donde se creó este programa hace 21 años, ahora implantado en todas las comunidades autónomas. «Es un programa muy difícil, los niños vienen de una cultura muy distinta, se necesita un esfuerzo brutal de comprensión, mucha sensibilidad y mediación, porque los conflictos son de tipo cultural», apunta Barceló.

En estas dos décadas de trabajo, Escola en Pau ha logrado que se hayan acogido a más de 70 niños. «La idea surgió de familias que teníamos niños un mes durante el verano; entonces pensábamos que habría un referéndum y que necesitarían gente formada para dirigir un país». Los últimos acontecimientos políticos no han truncado sus esperanzas.