Imagen de archivo. | Jaume Morey

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La apariencia menuda de Teresa Sánchez Alderete, que falleció en Palma la pasada semana, contrastaba con su fuerza y vitalidad a la hora de defender su barrio, el de sa Calatrava. Presidenta de la asociación de vecinos durante dos décadas, en los años ochenta y noventa del pasado siglo, logró comprometer a las instituciones, en particular al Ajuntament, en la recuperación de uno de los enclaves con más solera y personalidad de la ciudad y que durante aquella época era un foco de venta de droga y prostitución.

Su tenacidad, reconocida por los entonces gestores políticos en Cort, fue clave para la recuperación del barrio y convertirlo en lo que es en la actualidad. Esta activista vecinal también tuvo un papel esencial en la construcción de viviendas sociales en sa Calatrava, consciente de que se debía frenar la salida de sus residentes.

Aunque había dejado ya la dirección de la asociación, de la que ostentaba la presidencia honorífica, siempre mantuvo su vinculación con el bienestar de sus vecinos.