El colectivo más afectado por los ataques producidos el año pasado es el de las enfermeras. | Pere Bota

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Salut notificó el año pasado 502 agresiones de pacientes o sus familiares al colectivo de cerca de 18.000 sanitarios del IB-Salut. Pese a que la cifra puede parecer alta es la más baja de los últimos tres años debido al recorte de presencialidad en la atención sanitaria. En 2019 hubo 705 agresiones y 572 en 2020. El jefe de servicio de Seguridad de los Profesionales del IB-Salut, Víctor Fernández, advierte ahora de que la explosión de casos de la sexta ola llegó con un incremento de agresiones a sanitarios en este inicio de 2022 (ya hay contabilizadas una setentena) y la perspectiva no es halagüeña, pues «hay crispación entre la ciudadanía y está el factor de las listas de espera», reconoce.

El colectivo más afectado por los ataques producidos el año pasado es el de las enfermeras que notificó 143 agresiones, seguido por los médicos que registraron 133 y los trabajadores de administración con 102. La gran parte de estos episodios tuvieron lugar en Atención Primaria (261 casos), mientras que otros 212 sucedieron en hospitales. Las causas se relacionan, en su amplia mayoría, con demandas del usuario o discrepancias con la atención recibida.

Ochenta de las 502 agresiones fueron físicas y 422 se englobarían entre los verbales o telemáticos, que se incrementan tras el uso de la telemedicina propiciado por la pandemia. «Tenemos un caso de acoso en redes sociales», desveló este jueves Rosa María Robles, secretaria general del Col·legi Oficial de Metges de Balears (COMIB). Precisamente esta entidad presentaba su balance de 2021 con vistas a conmemorar el Día Europeo Contra las Agresiones a Médicos y Profesionales Sanitarios que se celebra mañana. A su sede llegaron apenas 19 de las 133 agresiones cometidas a médicos y, sin embargo, es la cifra más alta del histórico de una década que llevan recopilando. Instan al colectivo a denunciar porque «si no se comunica, no existe», dicen a sabiendas de que «es la punta del iceberg».

El apunte

La reforma del Código Penal de 2015 incrementó las sanciones por agredir a un profesional de la sanidad pública mientras ejerce su labor, pues se les considera una autoridad. Fue un avance para el colectivo pero dejó fuera a los trabajadores de las clínicas privadas, lo que centra ahora sus reivindicaciones. «Es una inequidad absoluta», dijo la secretaria del COMIB, Rosa Robles.