Miquel Fluxá y Simón Pedro Barceló. | Redacción Local

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Es un secreto a voces, pero la pugna legal entre los grupos Iberostar y Barceló está en su máxima plenitud. Los bufetes de abogados Garrigues Walker y Pérez Llorca han sido contratados por ambas cadenas para dirimir sus disputas antes de acudir a la vía penal. El motivo de este rifirrafe tiene nombre y apellidos, Gabriel Subías. El motivo de la disputa está provocado por su salida de Barceló y posterior fichaje por el presidente de Iberostar, Miguel Fluxá. El copresidente del grupo Barceló, Simón Pedro Barceló, y el propio Miguel Fluxà no se ponen de acuerdo en cuanto a la compensación económica por la «fuga» del ejecutivo, captación posterior de directivos de Barceló y también por posible uso de información interna y privada.

El despacho de Pérez Llorca está preparando la demanda contra Iberostar y Garrigues Walker intenta apaciguar los ánimos para poder llegar a un acuerdo amistoso. En el fondo, el problema radica en las compensaciones económicas, que son un secreto. En última instancia, si no hay acuerdo, todo acabará en la vía penal. Esta opción no la desea nadie, principalmente por el daño de imagen que comportaría para ambos grupos turísticos.

El origen de la pugna viene motivado por la salida del ejecutivo en 2019 y posterior fichaje en enero de 2020 por Iberostar. No fue amistosa y se agravó porque Subías se llevó consigo a gran parte de su equipo a Iberostar, lo cual molestó especialmente a los de Rover Motta. Todo apunta a que habrá acuerdo, pero antes debe haber consenso empresarial y jurídico.