Imagen de la Playa de Palma cubierta de niebla este jueves por la mañana. | Jaume Morey

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Mallorca ha amanecido cubierta de un manto blanco. La niebla ha marcado el inicio del día en numerosos puntos de Palma y del conjunto de la Isla. Los densos bancos de niebla han dejado una peculiar estampa tanto en las partes bajas cercanas a la costa como en zonas montañosas. Algunos apasionados de la fotografía han captado impresionantes imágenes del paisaje fundido en blanco.

La previsión meteorológica de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) para este jueves ya anticipó la presencia de bancos de niebla generalizados en Mallorca al principio y al final de la jornada. Con el avance de las horas se espera que estas brumas se disipen y las nubes altas darán paso a un cielo enmarañado, con temperaturas suaves y viento flojo.

De cara a este viernes se esperan intervalos nubosos con predominio de nubes medias y altas tendiendo por la tarde o noche a cielo nuboso o cubierto. Las temperaturas nocturnas irán en ascenso y las diurnas en descenso en el norte de la isla.

¿Es habitual del mes de febrero este fenómeno?

La situación anticiclónica de estas últimas semanas del mes de enero y principios de febrero ha favorecido la formación de las nieblas. Este fenómeno se define de forma sencilla como nubes en contacto con el suelo, ya que en realidad el aspecto y la estructura de las nubes y las nieblas son los mismos. Ambas están formadas por pequeñas gotas de agua y se forman a partir de la saturación del vapor de agua existente en la atmósfera. Durante la madrugada se han formado también nieblas en las zonas costeras, que bien podrían considerarse como una mezcla de los dos tipos principales; ya que se han creado en parte por el enfriamiento producido en la superficie de la costa debido a los cielos despejados y por el suave viento cálido que fluye sobre un mar que durante el invierno está frío.

A pesar de que la niebla no es algo habitual en Mallorca, aunque tampoco excepcional, es durante el mes de febrero cuando más se puede observar este fenómeno atmosférico. El fin del invierno o principios de la primavera, cuando se vive una situación anticiclónica, son las épocas más proclives, ya que es el momento en el que el mar se encuentra más frío.