Sciberras, Taltavull, Ramis y Benítez, junto a una imagen de fray Francesc Cantarellas en el Socors. | Teresa Ayuga

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La iglesia del Socors, de Palma, acogió este lunes de manera oficial la apertura del proceso de beatificación de fray Francesc Cantarellas (1884-1968), acto presidido por el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, y que contó con la presencia de numerosos fieles. Introdujo el acto Jesús Miguel Benítez, rector del Socors, quien destacó de Cantarellas que «vivió en esta casa la mayor parte de su existencia como sacristán y maestro. De su vida permanece un recuerdo entrañable, que quedó refelejado en la biografía publicada en 2007 –Benítez es el autor–, y una callada admiración por su sencillez evangélica tanto en el Socors como en la comunidad del Col·legi Sant Agustí y en todo el barrio de sa Gerreria». Benítez también señaló que «Cantarellas ejercía sus virtudes en un grado heroico. A partir de aquí, el proceso de beatificación tiene una vía histórica y de investigación documental, y otra testifical. De la primera se encargará un grupo de historiadores y de la segunda, un tribunal diocesano que tomará declaración jurada a una serie de personas sobre la vida y virtudes de Cantarellas. El camino será largo».

Juramento del tribunal

A continuación, prestaron juramento los miembros del tribunal diocesano que llevará a cabo el proceso: Gabriel Ramis (presidente), Nadal Bernat (promotor de Justicia), Juan Manuel Pons (notario), Mateu Cerdà (notario adjunto) y Maria Francesca Ferrer (cancillera). También prestó jurament Josef Sciberras como postulador general de la Orden de San Agustín. El obispo de Mallorca tomó a continuación la palabra resaltando que «nos encontramos en un momento importante en el que mostramos cómo Dios actúa a través de las personas. Cantarellas vivió desde el anonimato, el silencio, la humildad y la discreción, y ahora se muestran todas estas virtudes con un gran esplendor».

Taltavull añadió que «no sólo damos a conocer la persona, sino cómo hacer nuestras sus virtudes, asumirlas en nuestra vida y comunicarlas a los demás. Podemos encontrar muchas personas así en nuestro entorno. La santidad no sólo se encuentra en las personas que son canonizadas. Hay personas a nuestro alrededor que ya viven en esa santidad». Finalmente, Sebastià Taltavull indicó que «esperamos que Cantarellas sea finalmente proclamado beato y, en su momento, santo, como modelo para nuestra vida cristiana».