El objetivo de las Fuerzas Armadas y los servicios de emergencias es mejorar la resiliencia y la capacidad de la población para mantenerse a salvo en un contexto de crisis. | Military_Material

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¿Recuerdan la tarde de principios de octubre en la que unas pocas plataformas de mensajería móvil y redes sociales dejaron de funcionar por un error interno? Qué sucedería si, en lugar de las aplicaciones que más consumimos en nuestro día a día, fuera la electricidad la que de repente dejara de funcionar. No un tiempo limitado sino de forma prolongada. No solo en Palma y los pueblos de Mallorca, también a escala balear y española, tal vez europea.

Si les angustia la idea, dejen de imaginar. Por el momento es solo una hipótesis pero los expertos aseguran que puede llegar a pasar. Todos los escenarios críticos merecen ser contemplados y mucho más; cabe establecer un plan de acción ante la urgencia y la eventualidad. El volcán de La Palma ha mostrado como, a pesar de toda la tecnología y los avances técnicos, hay cosas que exceden la capacidad de las personas.

En Austria deben de ser especialmente previsores, algo así como una antítesis española. Por eso las autoridades del país centroeuropeo ya preparan a la ciudadanía ante el «apagón definitivo», es decir, «una falla generalizada, posiblemente incluso en toda Europa, de energía, infraestructura y suministro» eléctricos, «un riesgo realista y al mismo tiempo subestimado» en las actuales condiciones globales.

Hace unos días que el gobierno austriaco compartió un vídeo en las redes sociales. Se trata de un útil material que ofrece pautas y recomendaciones a la población para actuar en un caso extremo como este supuesto. Forma parte de una campaña ideada a escala mayor.

«El objetivo declarado de las Fuerzas Armadas de Austria es mejorar la resiliencia general de nuestra república en tal escenario. Sin embargo, un punto importante es la capacidad de la población para mantenerse por sí misma», describen las autoridades militares.

Ante una emergencia climática o una situación crítica, mientras se desarrollan las operaciones de asistencia de los servicios de emergencias y las Fuerzas Armadas, los ciudadanos deben ponerse a salvo y especialmente no provocar mayores quebraderos de cabeza a los rescatistas.

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Por eso son necesarias las medidas preventivas y de protección, que cada individuo debe implementar en su ámbito privado, y que el gobierno se ocupa de poner en la vida de los ciudadanos a través de cartelería en las calles y anuncios en los medios de comunicación.

Una de las principales medidas, según los profesionales de Protección Civil, es la preparación de un kit de supervivencia ya que la prevención «puede salvar vidas».

Este punto se ha revelado crítico en la actual catástrofe de La Palma. Mientras muchos de los palmeros se mostraban sobrepasados por la situación y no podían reaccionar ante un escaso margen para evacuar lo más importante de las casas amenazadas por las coladas de lava, en Islandia, una Isla con 200 volcanes activos actualmente, la población está concienciada y entrenada para abandonar la vivienda con lo indispensable en quince minutos.

Tal y como recomienda Creu Roja a nivel internacional existen tres medidas básicas para reaccionar adecuadamente a contingencias en situaciones de emergencia. La primera es tener bien dispuesto el citado kit de supervivencia. ¿Qué debe contener? Fácil, lo más indispensable. La documentación, dinero en efectivo, o un móvil y su cargador son las últimas cosas que añadiremos a nuestra selección de elementos de primera necesidad antes de salir por la puerta. Antes es fácil tener en casa un mochila con unos cuantos elementos ya preparados, como medicinas y botiquín de primeros auxilios, jabón para higiene personal, algo de ropa, manta térmica, linternas, agua, algún alimento no perecedero, abrelatas y una radio portátil.

La segunda consiste en tener un plan. Por ejemplo conviene saber dónde reunirse en caso de que la familia se separe por un caso de fuerza mayor. Para ello puede resultar útil tener en la mochila algún mapa de la zona. También es de utilidad tener repartidos los distintos roles de las personas que forman la unidad familiar para tener claro de forma anticipada cómo proceder.

La tercera y última es simple aunque no siempre fácil de llevar a cabo: en una situación crítica debemos mantenernos informados. Hay que tener en cuenta que hoy en día muchos dispositivos dependen de tener relativamente cerca una fuente de electricidad activa. En este menester un tradicional transistor puede ser la forma más adecuada de recibir las novedades sobre la situación crítica a través de las ondas de la radio.