El edificio del vapor se encuentra en el Parc de ses Estacions y se abrirá al público los días 6 y 7 de noviembre en el marco del festival Open House. | Jaume Morey

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«La antigua máquina de vapor es una de las pocas piezas que conservamos del patrimonio industrial de los antiguos ferrocarriles de Mallorca», explica la historiadora Maria Antònia Fernández, que gestiona el archivo y realiza trabajos de arqueología para Serveis Ferroviaris de Mallorca.

El enorme engranaje generaba «el vapor necesario para mover toda la maquinaria de los talleres que existían en lo que hoy es el Parc de ses Estacions», añade Fernández. La antigua máquina de vapor funcionó hasta la electrificación de los talleres ferroviarios, en 1959, y junto a la chimenea del edificio constituye un tesoro único. Para preservarlo la Fundació Ferrocaib, que promueve el futuro Museu del Ferrocarril de Son Carrió, apuesta por convertir esta construcción en «una antesala del museo que sirva para interpretar el legado ferroviario de Palma y de Balears», explica el presidente de la fundación, Guillem Febrer. Así el edificio, que cuenta con una superficie útil de 168 metros cuadrados, «sería ideal para explicar la relación del tren con el mar, a través de las líneas desaparecidas que conectaban la estación con el puerto de Palma y también para mostrar lo que se podrá encontrar en el futuro Museu del Ferrocarril». Actualmente se está ultimando el plan museológico de esta nueva infraestructura cultural que se ubicará en Son Carrió y «el plan incluye al antiguo edificio del vapor como parte del nuevo museo», explica Guillem Febrer.

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Máquina y chimenea

El edificio, además de la máquina, conserva la antigua chimenea, «que originalmente alcanzaba los 24 metros pero se recortó, concreta la historiadora Maria Antònia Fernández. El vapor que se generaba «movía la maquinaria de los talleres de los ferrocarriles con un complejo sistema de engranajes y cintas que discurrían por un entramado de túneles subterráneos», concreta el presidente de la Fundació Ferrocaib, Guillem Febrer.

«Se conservan algunos tramos y queremos estudiarlos a fondo para saber lo que queda», explica Fernández. Y es que hay que tener en cuenta que con las obras de soterramiento de las vías desaparecieron la mayoría de lo antiguo edificios de ‘ses estacions’.