Empresarios de s’Arenal y la Platja de Palma coinciden en que este año el turista no gasta como antes. Lo artesanal, las prendas de ropa y el alcohol son lo que más se vende este verano, asegura Joan Pere Canals (arriba). | M. À. Cañellas

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Las empresas de tipo souvenir de la Platja de Palma y s’Arenal no afrontan una buena temporada estival. A pesar de que los autónomos con estos negocios ya perciben, desde la pasada semana, las ayudas estatales del fondo de recuperación –una única cuantía de 3.000 euros–, el sector avisa de que eso no es suficiente. Asumen pérdidas de facturación en torno al 60 y 70 %. «Muchos empresarios hemos abierto pero no estamos facturando más del 40 % en relación al 2019», asegura el presidente de la Asociación Nacional de Negocios Turísticos y Souvenirs (Annturs), Joan Pere Canals.

La necesidad de vender «como sea» el stock acumulado del ejercicio de 2020 ha provocado que algunos empresarios con más de un local hayan decidido mantener abierto solo uno, otros ampliar horario y algunos modificar su negocio para el año que viene.

Emilio Sanz, que tiene un souvenir y una tienda de alimentación en el mismo espacio, ha decidido retirar todos los productos alcohólicos para la próxima temporada. El motivo, «que el Govern obliga a este tipo de negocios en zonas de playa a cerrar a las 21.30», lo que supone frenar la actividad en una hora punta para estos negocios. «Si tenemos que valorar este verano entre un cero y un diez, estaríamos entre un tres y cuatro», lamenta.

Lo mismo opinan Kike Carmona y    Johnnatan Serrano, gerentes de varios negocios en la Platja de Palma.

Este hecho, insisten, «perjudica a todos porque es por la noche cuando la gente sale de cenar o de los hoteles de la zona y compran artículos. Se encuentra todo cerrado», se lamenta Kike. Defienden que la actividad empresarial en la Platja de Palma no llega a la mitad de la facturación con respecto a 2019.

Tipo de cliente

Casi todos coinciden en que el tipo de cliente ha cambiado. Aunque abundan sobre todo el alemán y el holandés, llegan más jóvenes y con menos poder adquisitivo:«Ahora se fijan más en el precio de los artículos», reconoce Paula González, trabajadora de un souvenir emplazado en el Balneario 1. Asegura que la facturación no supera el 40 %, pero «tratamos de aguantar y seguir adelante como sea».

Paewinder Singh, trabajador de una tienda de artículos y alimentos, resume estos meses como «difíciles. Sobrevivimos porque vendemos alcohol», dice.

En la zona de s’Arenal hay 250 locales, entre souvenirs, negocios turísticos y tiendas de supermercado. Afrontar las facturas y los gastos del local se hace misión imposible este verano, ya que su temporada «real» acaba de comenzar.

«La temporada arrancó con un porcentaje importante por debajo de las cajas habituales de hace dos años», como recuerda Kike Carmone, quien además asume que «si abrimos es únicamente por cubrir los gastos que nos acarrea como empresa y afrontar los de invierno. Ya ni buscamos beneficio».