Los alumnos del IES Son Pacs han estudiado las variedades locales. | Roberto León

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Piñas que viajan más de 9.000 kilómetros, soja transgénica o el omnipresente aguacate, ahora el desayuno healthy de moda en muchas cafeterías de Palma, pero que supone un gran consumo de agua en Andalucía y que, ante su masivo consumo, requiere su importación desde México, donde los cárteles de droga se han hecho con los cultivos dada su alta rentabilidad.

Los alumnos del IES Son Pacs han estado durante todo el curso participando en el proyecto La sostenibilitat al plat, impulsado por el Centro de Estudios Rurales de Agricultura Internacional y que surge de la convocatoria Educación para la transformación social, de la Direcció General de Cooperació del Govern balear.

Producto local

Frente a alimentos importados como el café, la quinoa, el aceite de palma o el azúcar, existe una amplia variedad de productos locales que mantienen la biodiversidad balear. Almendras, trigo xeixa, el garbanzo mallorquín, el tomate de ramellet, la vaca mallorquina, el melón erizo o la oveja roja mallorquina son el máximo exponente de los alimentos de kilómetro 0.

Según Margalida Mulet, impulsora de este proyecto, «la idea es dar a conocer estos productos entre los jóvenes e incluirlos en recetas tradicionales. Para completar la experiencia, durante el curso han entrevistado a los abuelos sobre la pérdida del consumo de estos alimentos tradicionales». El papel de los jóvenes como consumidores es vital para no perder esta tradición.

Además de la exposición, este proyecto ha contado con la participación de entidades y profesionales como la Associació de Varietats Locals y la Asociación de Marroquís en Balears, Palma XXI (que presentó el Parc Agrari) o el cocinero Antoni Pinya, que explicó la influencia xueta en el recetario insular.