Neil Manel Frau-Cortès. | Jaume Morey

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Neil Manel Frau-Cortès (Palma, 1965) es licenciado en Filología Hebrea, máster en Estudios Cantorales y Musicales Judíos y doctor en Literatura Hebrea Medieval. Reside en los Estados Unidos. Aprovechando una estancia en Palma, este miércoles presentó en la librería Embat junto a la también filóloga Rosa Planas El libro de la figura (Ediciones Obelisco), un texto de la mística judía muy influyente entre los judíos cabalistas de Mallorca que el propio Frau-Cortès ha traducido y editado.

Explique qué es El libro de la figura.

— Es un texto de Cábala del siglo XIII. Podríamos decir que es el texto fundacional del grupo de cabalistas de Girona.

Aclare que son los cabalistas.

— Por Cábala entendemos todas las enseñanzas del judaísmo a nivel filosófico, teosofía, concepciones de dios, etcétera, que no son explícitos sino algo esotéricos y profundos, para gente iniciada. En una palabra: es la parte mística del judaísmo. No se enseñaba en la sinagoga, sino que era algo minoritario y solo la estudiaban los estudiosos de la mística.

Comprendo.

El libro de la figura es un texto anónimo, escrito en Girona hacia 1250, y es el texto fundacional de la Cábala en la Corona de Aragón, que tiene una personalidad propia y es bastante diferente de la Cábala de Castilla, que sin embargo hoy en día es más conocida.

¿Qué diferencias hay?

— Además de ser anterior, y esto es importante, la Cábala de Girona estaba menos preocupada por la redención y la mejora personales y más por la filosofía o la cosmogonía: qué es Dios, de dónde viene, si ha habido solo un mundo... Y también tiene otras particularidades más específicas que han cambiado la historia del misticismo judío, como los años sabáticos o los libros no explícitos de la Biblia... Asimismo, la Cábala castellana es más poética y simbólica. Son dos formas de misticismo distintas, aunque no opuestas.

Dice que es importante que la Cábala de Girona es anterior a la de Castilla. ¿Por qué?

— La inmensa mayoría de la gente que sabe algo de Cábala conoce la escuela castellana, el Libro del esplendor o Zohar. La de Girona, la nuestra ­–lo digo entre comillas–, es más antigua y tiene otra tradición.

Entiendo que los judíos de Mallorca se adscribían a esta ‘iglesia’ de Girona...

— Eran parte del mismo país, y había mucha más relación que con los castellanos. El célebre Simó Duran, el último gran rabino de Mallorca, era alumno de Efraïm Vidal, el cual había estudiado con el rabino Nissim de Girona. Pero no eran distintas iglesias sino más bien distintas escuelas del misticismo judío.

¿Había muchos cabalistas entre los judíos de Mallorca?

— No tenemos muchos datos de cabalistas judíos de aquí, pero sí sabemos que muchos de los grandes maestros habían estudiado en Girona. Es bastante obvio, por lo tanto, que estos maestros también tuvieran aquí sus propios círculos de místicos. Estamos tratando de saber quién era quién, pero como le decía tenemos poca información. Efraïm Vidal falleció en el asalto al Call de 1391.

En la introducción relaciona el cabalismo con el catarismo.

— Comparten ideas, como la de la transmigración del alma, la reencarnación. Es una idea muy particular de la escuela de Girona y aparece en El libro de la figura, mientras que en la Cábala de Castilla tiene poca importancia. La transmigración del alma ha tenido una gran influencia, porque la idea de que una persona se reencarne en otra o en un animal tiene consecuencias culturales. En el hinduismo, por ejemplo, ha abocado a la mayoría de creyentes a ser vegetarianos. En el judaísmo también ha influido, pero más en la forma de comerse el animal o de sacrificarlo.

El valor místico de los símbolos

El libro de la figura o Séfer Ha-Temuná es una colección de textos que estudian el valor místico de los símbolos, como las letras del alfabeto judío. También plantea cuestiones sobre el origen o el fin del mundo. «Su contenido es altamente simbólico, pero muy profundo», señala el autor de su traducción al castellano.