El chef Jaume Vallés, el primero por la izquierda, junto al equipo que elaboró el licor mallorquín. | Amalia Estabén

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La plantilla del bar Atlético Baleares de Son Malferit compartió días pasados una alegre jornada con sabor especial mallorquín, elaborando el preciado licor de hierbas, organizado por el chef, Jaume Vallés y dirigido por Omar Hevia, todo un experto en esta actividad.

Las hierbas aromáticas se encuentran en buen momento para la elaboración artesanal del licor de hierbas mallorquinas en sus modalidades dulce, semi y secas. En esta jornada participaron Pilar Muñoz, Catalina Verdú, Luis Forteza, Javi Muñoz, Jeroni Vallés, Miquel Rigo, Toni Cañellas, Ramón Cunill y los mencionados Jaume Vallés y Omar Hevia.

Sabiduría y juventud se unieron tras haber recogido una buena variedad de hierbas de cultivo privado, como son hierba luisa, hierbabuena, romero, hinojo tierno y tomillo, hojas de naranjo y limonero y una cantidad simbólica de tila y melisa, además de granos de café y anís estrellado.

Clases de hierbas

Homar destacó que «este licor puede admitir muchas clases de hierbas. Todo depende de la tradición familiar o los gustos personales. Otras hierbas que admiten, aunque no es nuestro caso, son el ginebró, señorida, vauma rosa, camomila y nuez verde. En otras zonas de Mallorca incluyen hojas de pino y, muy discretamente, ruda».

Para no liarse, cada uno cogió su botella, y se fueron introduciendo, por riguroso orden, una pequeña parte de cada una hasta que quedara al gusto de cada participante. Las que mejor se desenvolvieron fueron las dos chicas, Pilar y Catalina, que las fueron introduciendo en las botellas ayudándose de una palo, una vez desechadas las ramas largas. Llegó la hora de la verdad, y para ello no escatimaron en la calidad de los anises.

Para elaborar las hierbas secas, emplearon la exquisita cazalla mallorquina Tres Caires; para las hierbas semi, mitad de esta misma cazalla y mitad de anís dulce (Anís del Mono o Marie Brizard), y para las dulces, una parte de cazalla y tres de anís.

Según explicó Jaume Vallés, «las hierbas tienen un proceso de maceración de seis meses para poderlas consumir, aunque nosotros, y mucha gente, alarga este periodo. En nuestro caso esperamos un año y están exquisitas. El licor de hierbas tiene la particularidad de que no caduca».