La feria náutica ha arrancado este jueves y permanecerá abierta hasta el próximo domingo. | Pilar Pellicer

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El salón náutico de Palma abrió este jueves sus puertas en el Moll Vell después de que el año pasado la feria tuviera que suspenderse debido a la pandemia. «Su montaje y organización ha sido un gran reto y esfuerzo, pero el sector tenía ganas», reconoció el presidente de la Asociación de Empresas Náuticas de Balears (AENIB), Jaume Vaquer, quien valoró de forma satisfactoria el transcurso del primer día de feria. «El resultado es bueno, parece el salón de un año normal», aseguró.

El sector náutico ha resistido mejor que otros, y esto se notaba en el primer día de feria. «Las expectativas para el verano son buenas», admitió Vaquer. En cualquier caso, las restricciones a los viajes internacionales también afectan a la náutica, y así lo indicó el director de Amarres Deportivos, Andy Halcón, quien calificó la situación actual de «incierta». «Las marinas no están llenas aún porque los clientes no saben si podrán venir a las Islas», explicó, aunque las expectativas para este año «son mejores que las del pasado».

Esta incertidumbre sobre si se podrá viajar o no a Baleares afecta de forma especial al chárter náutico. «Muchos clientes que alquilan un barco son británicos», señalaron tanto Halcón como Vaquer, quienes lamentaron que las Islas permanezcan en ámbar en el semáforo del Reino Unido. Esta medida también afecta a los propietarios de barcos, «ya que tampoco pueden venir», añadió Halcón. Esta circunstancia ha provocado que se reajusten los precios y se flexibilicen políticas de cancelaciones, «sobretodo para que se queden en Balears y no se marchen a otros destinos más baratos».

Sin embargo, durante la mañana de este jueves, había más ciudadanos extranjeros que locales en la feria. Este año cuenta con 227 expositores y más de 185 embarcaciones. La oferta es suficientemente variada y, en cuanto a precios, hay para elegir. De todos modos, este año «se echa en falta una oferta más amplia de barca pequeña», indicó Vaquer, quien lo atribuyó al hecho de que «ya se han vendido».

El presidente de AENIB valoró el buen comportamiento del cliente local, que opta de forma mayoritaria por embarcaciones de entre seis y 10 metros de eslora, cuyo precio medio se sitúa en 100.000 euros. Recordó que en el último año se han expedido muchos títulos para llevar embarcaciones, lo que revela un «gran interés por la náutica». «La gente se siente segura en el mar», dijo.

En su conjunto, las ventas «evolucionan bien» y la demanda puede llegar a superar la oferta ya que algunos fabricantes han ralentizado su producción por la pandemia. Aún así, la patronal no prevé un gran aumento de ventas. «Podemos seguir vivos y no perder el tren, esto ya es un éxito a día de hoy», sentenció Vaquer.

La feria náutica registró buena afluencia de público, cumpliendo con el aforo durante su primera jornada.

Una feria presencial que se combina con un evento ‘online’

En paralelo a la feria náutica presencial, desde ayer se celebra la segunda edición del mayor evento online del sector en el Mediterráneo, la Balearic Yacht Show. En el acto de apertura de la feria virtual, el presidente de la Cámara de Comercio, Antoni Mercant, valoró el evento híbrido, que «supone un reto ambicioso que hará de Palma la sede del mayor espectáculo náutico mundial». Esta inauguración virtual contó con el vicepresident del Govern, Juan Pedro Yllanes; y con el presidente de la Autoritat Portuària de Baleares, Francesc Antich. Hasta el domingo, se ofrecerán conferencias en streaming.