Jesús Valls, con la mascarilla azul, junto a los miembros de la junta de la cofradía de Santiago. | C.S.

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Los actos religiosos de la Semana Santa mallorquina se han visto afectados por segundo año por las medidas sanitarias derivadas de la COVID y las restricciones decretadas por el Obispado. No obstante, al no ser tan drásticas como las del año anterior, los integrantes de las cofradías han podido participar en los distintos actos programados en sus sedes, en los de la Catedral o los de la iglesia de Sant Jaume como el el Sermón de las Siete Palabras, organizado por la cofradía de Santiago, en el que intervino Jesús Valls, abogado y feligrés de la parroquina. Valls recibió de manos de la presidenta de la cofradía, María Asunción Estarellas, un siurell como recuerdo.

La participación

Este año la participación de los cofrades, explica Pep Serra, presidente de la cofradía Cruz de Calatrava y portavoz de la Asociación de Cofradías de Penitentes de Palma, «ha sido muy positiva, dentro lo que ha permitido el Obispado, que recomendó que cada cofradía potenciara las celebraciones religiosas que tenemos en Palma, respetando también las normas sanitarias implantadas por el Govern».

Serra explica que «por parte de la junta de la Asociación de Cofradías hemos intentado asistir a todos los actos programados en la Seu, si no todos, al menos una representación, ya que de los diez representantes que integramos la asociación, algunos tenían celebraciones propias en sus respectivas sedes. Además, el Jueves Santo, junto al presidente Miquel Llabata, Pedro Barceló, Rafael Durán y Gloria Pazos realizamos una ofrenda floral al Cristo de la Sang».

Los cofrades también participaron activamente en tradiciones como la instalación de las casas santas o las representaciones del Santo Entierro, como las que tuvieron lugar en la basílica de Sant Miquel, en la Soledat o en el Sagrat Cor, entre otras. Algunas cofradías, además, pusieron en lugar destacado a sus titulares, como fue la Hermandad de Humildad y Paz, Jesús del Buen Perdón o prepararon ofrendas florales como la realizada a Nuestra Señora de la Esperanza en Sant Francesc. Como novedad, se bendijo el nuevo paso de la cofradía de la Santa Caridad en La Merced. Este año pandémico el Santo Entierro se celebró en la iglesia del Socors, donde la cofradía Cruz de Calatrava colaboró en la representación, a puerta cerrada sin fieles ni cofrades. Tuvo lugar a las 23 horas, con apoyo de la comunidad agustina y se retrasmitió por Facebook.