La variante británica está detrás del repunte de casos, sobre todo en Francia.

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Francia, Polonia, Rumanía, Serbia, Austria, Holanda, Hungría, Ucrania, Italia y Chequia están registrando ahora mismo un fuerte incremento de casos de coronavirus; Alemania, Turquía y Bélgica están estancadas, mientras que en el Reino Unido y Rusia los contagios siguen cayendo.

Las noticias son preocupantes. En algunos países, como Francia o Italia, por ejemplo, no se había llegado a producir un relajamiento de las medidas de toque de queda, cierre de bares y prohibición de movimientos, pese a lo cual el virus, súbitamente se ha vuelto a reproducir masivamente. España, que no aparece en el gráfico, sigue mejorando. Suecia, como ven, sin medida alguna –salvo la mascarilla en el transporte público–, va como todos los demás: ahora al alza.

Las noticias que llegan de Francia son alarmantes. El primer ministro ha decidido nuevos confinamientos en la zona de Calais y en el área de Niza, entre otras, para frenar el resurgir del virus. Lo de la República Checa es absolutamente atroz: tiene toda clase de medidas extraordinarias y, sin embargo, prácticamente desde el mes de enero, con algunos altibajos, sus cifras de contagios van desbocadas. Es el país del mundo que actualmente tiene más casos por cien mil habitantes, muy por encima de Brasil. El ‘actualmente’ casi sobra porque desgraciadamente lleva ya mucho tiempo en esa posición.

A los expertos que viven encontrando explicaciones a estos repuntes en el último puente, en el festivo aquel, en las cenas de aquel fin de semana, en las rebajas de enero, hay que reconocerles una gran imaginación para encontrar un hilo conductor de estas variaciones tan preocupantes. Visto esto, probablemente nosotros vayamos a tener un cambio de tendencia en un momento futuro a determinar, porque es raro que seamos capaces de librarnos de ella. Algo habremos hecho. Algo haremos para merecerlo.

En casi todos los países, muy especialmente en Francia, la variante británica está detrás de este repunte: que sea mucho más contagiosa hace que prácticamente tenga vida propia. Esta variante tiende a desplazar a las anteriores. La única ventaja que tiene esta mutación del virus es que es igual de sensible a las vacunas que la versión original de la COVID-19. Las variantes sudafricana y brasileña, en cambio, tienen una respuesta más dudosa pero, sin embargo, no parecen ser tan contagiosas y no se expanden con igual rapidez que la británica.

Así que ya saben el escenario en el que nos movemos: en esta Semana Santa vamos a recibir a los turistas extranjeros pero nosotros no vamos a poder viajar. ¡Qué más dará!

Vaya, no parecía posible pero nuestras autoridades otra vez han logrado superarse.