Sergio Rodrigo de la Mata, en Palma. | Click

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Sergio Rodrigo de la Mata, antes de la pandemia, solía disfrutar de un descanso más que merecido tras años de dura tarea. Porque a decir verdad, trabajó mucho en distintos frentes, creando empresas. Así, fue co-fundador de Mallorca Press, agencia de noticias de Mallorca -y de España- para todo el mundo, lo cual le permitió publicar reportajes en diversos países. Fundó también Palma de Mallorca Press, fue distribuidor en Baleares de Sony Play Station y de varias compañías de videojuegos y vídeo, entre ellas la Sony Pictures. Fue también distribuidor de diversas compañías discográficas, como Virgin, Arcades, etc. Y hace unos años produjo la multi premiada docu-ficción Suicidio. Vamos, que no tuvo mucho tiempo para el ocio.

Volviendo a los tiempos actuales, decíamos que Sergio llevaba una jubilación feliz, haciendo cosas que antes no podía, hasta que llegó el virus, que nos cambió la vida a todos. «Ya metidos en la pandemia, sobre todo a partir de la desescalada, procuré caminar mucho con el fin de huir del sedentarismo al que parece que la Tercera Edad está abocado, aunque desde mi punto de vista, tengo muy claro que vez los mayores somos menos mayores en cuanto a actividades y mentalidad. Caminaba entre cinco y seis kilómetros, desde casa hasta el Paseo Mallorca, concretamente hasta el Piccolo, en cuya terraza solía quedar con algún amigo para tomar café y charlar un rato, cosa que dejé de hacer por los cierres que han sufrido restauración, hostelería, gimnasios, ocio nocturno… Como si solo ellos fueran nos culpables de que el virus se extienda. Y no lo hago, primero, porque para tomar café de pie -antes de que reabrieran las terrazas-, me quedo en casa, y por otra porque me deprime ver Palma sin apenas actividad, con muchos comercios cerrados, bastantes de ellos sin intención de volver a abrir, donde solo se habla de ERES, ERTES, frustraciones… Y todo eso me afecta, pues tengo buenos amigos que están padeciendo lo que pasa, que están perdiendo lo mucho o poco que tenían, algunos sin remisión, sin poder volverlo a recuperar… ¿Qué será de ellos y de sus familias, me pregunto».

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Sergio reconoce que la crisis del coronavirus nos ha cogido a todos sin saber cómo afrontarla. «Y al decir todos, incluyo, en primer lugar, a los políticos, que son los que están dirigiendo cómo erradicarla. Y lo están haciendo con decisiones equivocadas y tardías. Y encima las ayudas que han prometido, no llegan… Es más, dudo que lleguen, pues Europa, que es quien las paga, ya no tiene dinero. La deuda externa nos come por los pies. Y me estoy refiriendo, sobre todo, a políticos de un gobierno socialista-comunista que parece como si quisiera imponer el proletariado ruso, es decir, que seamos como ellos quieren que seamos… Aunque conmigo no podrán mientras pueda valerme por mí mismo. Tengo unos pequeños ahorros, y si no queda más remedio tiraré de ellos, como pienso que harán… que están haciendo ya muchos. En cuanto a la oposición, tampoco está haciendo grandes cosas, ni presentando proyectos que ayuden a salir de esta situación, sino todo lo contrario, con lo cual se crea una crispación entre ambos bandos que hace que empeore más si cabe la situación». Y continúa diciendo: «Mientras, el pueblo, en medio, alucina con el espectáculo que están dando y sufre las consecuencias de su ineptitud. Y es que, como cobran cada mes, y además saben que nunca entrarán en un ERTE, pues están tranquilos, en otro mundo. Aparte, el coeficiente intelectual que tiene la mayoría no alcanza para resolver los problemas que la pandemia está planteando».

Rodrigo de la Mata señala también que hay que vacunarse, aunque vamos a ver cómo, pues todo son problemas… y oportunistas, ya sean civiles, militares y curas. Y hay también que controlar a la gente que llega de fuera, ya bien por aire o por mar. Sí, a los viajeros se les obliga a que se hagan PCR, pero luego nadie los mira. Y así nos va. Pero, claro, quienes debieran controlar todo esto, que tampoco es tan complicado, pues como digo, a las islas se entra solo por mar o por aire, no saben. La prueba es que están llegando nuevas cepas, como la británica, la brasileña, la sudafricana… Y mientras no se controle eso, ya pueden cerrar bares, restaurantes, hoteles, gimnasios o lo que sea… Estamos en la tercera ola, lo que significa que después de la desescalada de la primera siguió una segunda y a esta una tercera… ¿Quién nos dice que haciendo lo que hasta ahora no llegue una cuarta…? ¡Ah! Y otra cosa más. Estamos esperando que llegue la temporada turística, pues vivimos del turismo, pero… ¿tendrán dinero los turistas para viajar…?.