June Fernández. | TTAP

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June Fernández (Bilbao, 1984) es periodista feminista freelance, madre y fundadora de Pikara Magazine, la revista en perspectiva de género que ha dirigido durante una década hasta el pasado mes de enero. En 2020 publicó Abrir el melón (ed. Libros del KO), una recopilación de sus textos escritos en estos últimos diez años. El Casal de les Dones, junto con el Consell de Mallorca, organizó ayer un debate en línea, a través de Zoom, con la periodista y estuvo dinamizado por la directora y documentalista Victòria Morell y Vanesa Corrales, miembro del club de lectura feminista de la librería Drac Magic y de la asociación Sororis Causa.

¿Cree que el feminismo es una asignatura pendiente en esta profesión?

—Sí. Yo creo que sí se ha logrado demostrar, gracias al periodismo digital, que si imperaba hasta ahora una agenda informativa, que solo respondía a los intereses y realidades de los hombres privilegiados (blanco, heterosexual, sin discapacidad), los temas relativos a la vida de la mujer u otras identidades están interesando y mueven tráfico. Transversalizar la perspectiva de género en todas las secciones de los medios de comunicación también es otra asignatura pendiente.

¿ ‘Abrir el melón’ fue más una necesidad personal que profesional?

—Hay un poco de las dos. Decido publicar el libro cuando se cumplen diez años de andaduras de Pikara Magazine y con un cambio de etapa. Yo desde enero no trabajo en la revista pero sigo colaborando. Esta decisión tiene que ver con una serie de hitos importantes en mi vida, como la maternidad, que me lleva a cuestionar ciertas cosas. Por otra parte, tampoco esperaba que nuestros reportajes en Pikara trascendieran y se utilizaran a día de hoy como materia didáctico o de debate en las aulas. Así que el hecho de generar poder con esta recopilación me parece una contribución útil e interesante, también para los que quieran acercarse al feminismo.

La Ley Trans abre una brecha en el feminismo. ¿De cuántos feminismos hablamos?

—Una pensaba que decir que las mujeres trans son mujeres era un debate ya superado, pero luego aparecen sectores del feminismo, minoritarios, con un discurso completamente tránsfobo. En el movimiento feminista vasco, en el que yo participo, hay una sensación de mucha tristeza por ver que se atacan los derechos de las personas trans en nombre del feminismo.

Si no se puede un 8-M, ¿cómo debe ser nuestra revolución?

—En este 8-M es importante tener presencia en las calles y visibilizar las reivindicaciones feministas, ya que como se ha gestionado la pandemia y cómo se ha propagado tiene que ver con lógicas del capitalismo patriarcal, contra las que el feminismo lucha. Que la ministra Carmen Calvo diga que es imprudente esta manifestación, refuerza la criminalización del año pasado, de que la pandemia tiene que ver con el 8-M, como se dijo desde la derecha.