El exconseller de Turisme, Carlos Delgado. | Teresa Ayuga

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El exconseller de Turisme, Carlos Delgado, intenta defenderse en el ‘caso Calanova’ con una grabación a una de las principales testigos del caso: la expareja de su compañero de despacho de abogados, Carlos Gelabert. En la grabación, la testigo se reafirma en que su entonces pareja se benefició económicamente de la operación y en que tenía una relación de amistad con el entonces conseller durante las fechas en las que se llevó a cabo la privatización del puerto.

El juez instructor dictó un auto el pasado mes de enero en el que concluía la investigación y apreciaba indicios suficientes para que Delgado sea juzgado por tráfico de influencias. La defensa del exconseller ha recurrido esa decisión y niega cualquier delito. En su escrito adjunta además una querella presentada en otro juzgado de Palma contra la testigo por falso testimonio.

La grabación corresponde a una conversación telefónica en la que la exmujer de Delgado, que también declaró en la causa, llama a la expareja de su socio, Carlos Gelabert. En ella se ponen de manifiesto graves conflictos entre la testigo y este último: «Me las hizo de todos los colores. Sé lo que aguanté», dice.

En un momento de la grabación, la última exmujer de Delgado dice: «Claro que estoy segura que no ha cogido un euro del Calanova». La testigo contesta: «Bueno, yo estoy segura que Gelabert sí». Cuando le intenta argumentar que el entonces conseller no llevó a cabo ninguna labor para beneficiar al que ahora es su socio de despacho, la testigo señala: «Yo de eso, ni idea. Pero ellos dicen que no eran amigos y tía, éramos amigos porque íbamos en barca juntos, veníamos a vuestra casa...».

La expareja de Delgado intenta durante toda la conversación negar esa amistad y la testigo insiste en que sí. Las dos mantienen una versión contradictoria durante toda la charla. La testigo insiste en que, en al menos dos ocasiones, su entonces pareja le dijo que se iba a reunir con Delgado por la noche, cuando se producía la adjudicación de Calanova. Su interlocutora niega que fuera a su casa e insinúa que era un engaño y que empleaba al entonces conseller como coartada. También se enfrentan ambas en otro extremo: La testigo señala que su expareja le cogía el teléfono para hablar con más seguridad con el conseller sobre la adjudicación. La exmujer de Delgado lo niega.

La declaración de esta testigo es valorada por el magistrado como un indicio relevante a la hora de acreditar que había una relación estrecha entre los ahora socios. Gelabert consiguió la adjudicación y luego vendió su participación.

Un extraño movimiento en efectivo

La documentación bancaria aportada en la causa muestra un extraño movimiento en las cuentas bancarias de Carlos Gelabert en el momento en el que se hace con la totalidad del despacho de abogados que ahora comparte con Delgado, dos años después de la operación de Calanova. El mismo día hace un envío desde una cuenta de 220.000 euros y, a continuación, ingresa en efectivo esa misa cantidad para transferirla después. Una acusación ha pedido aclaraciones sobre este movimiento antes de calificar.