Esqueleto de lobo gigante (‘Canis dirus’) en un museo de Los Ángeles. | Redacción Local

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El mallorquín Pere Bover (exinvestigador del Institut Mediterrani d’Estudis Avançats -Imedea- y actualmente en la Agencia Aragonesa para la Investigación y el Desarrollo) y 48 investigadores de 9 países han realizado el primer estudio genómico de la especie extinguida Canis dirus (lobo gigante o lobo huargo, según su nombre de ficción en la serie Juego de Tronos), demostrando que no estaba estrechamente emparentado con los lobos grises de Norteamérica, sino que procedía de una línea filogenética de cánidos distinta a la de los lobos actuales.

El estudio se ha llevado a cabo con fósiles de hasta 50.000 años de antigüedad. Con los estudios genéticos se puede ir más allá que con los morfológicos de huesos o bioquímicos, al poder determinarse aspectos físicos y fisiológicos, cómo se desarrollaron las migraciones o información de parentesco. La revista Nature ha publicado en línea un artículo sobre este primer estudio genómico del Canis dirus.

Pere Bover es zoólogo por la Universitat de Barcelona y su vocación investigadora fue estimulada por Josep Antoni Alcover (actual vicedirector del Imedea) al introducirle en la paleontología con el estudio del Myotragus balearicus.