Tomeu Verger ha sabido sacar la parte positiva del 2020, un año muy complicado para él. | Miquel Alzamora

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Tomeu Verger Rossinyol (Montuïri, 1974) nunca olvidará el 2020. Tampoco el 2019. El 11 de julio de ese año sufrió un grave accidente de tráfico en la Colònia de Sant Jordi. Fue como si el destino hubiera decidido lanzar una moneda al aire. Salvó su vida, aunque el parte médico resultó estremecedor. Se fracturó la tibia, el peroné, el omóplato y unas cuatro costillas. Además, también sufrió una perforación pulmonar, además de todo tipo de contusiones.

Verger, considerado en su momento uno de los niños prodigio de la cantera del RCD Mallorca durante la década de los noventa, se enfrentaba ahora a todo un vía crucis médico. En pocos meses tuvo que pasar cuatro veces por el quirófano, situación que compaginó con un exigente proceso de rehabilitación. «Durante este tiempo es inevitable sufrir bajones anímicos. Te pasa de todo por la cabeza, aunque a pesar de todo me siento afortunado. Estoy vivo, tengo una gran familia y he notado el apoyo de mucha gente», relata este ejecutivo de Trasmediterránea y exdirectivo del Bahía San Agustín.

La enfermedad

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Acostumbrado a tener como compañero de viaje a un par de muletas, Tomeu Verger contrajo la COVID-19 a principios de diciembre. «Apenas tuve fiebre o malestar, pero si perdí el olfato y el gusto. Acudí al Hospital de Inca, me hicieron una prueba PCR y a las pocas horas me confirmaron que era positivo». La noticia vino acompañada de otra. Su mujer (Silvia) también portaba el virus. «En ese momento pensé que era realmente difícil que me pudiera pasar algo más (comenta hoy entre risas)».

Tras el periodo de cuarentena, una nueva prueba PCR confirmó que ya había superado la enfermedad, aunque su giro definitivo al mal fario llegó unas semanas después. Verger decidió realizarse la prueba de anticuerpos para la COVID-19, conocida también como test de serología.

El análisis arrojó resultados sorprendentes. El organismo de Tomeu Verger había generado una cantidad de anticuerpos fuera de lo común. Su sistema inmunitario había ofrecido una respuesta demoledora ante el ataque del coronavirus. Al parecer, el plasma de sus venas es un tesoro. «Los médicos me comentaron que había desarrollado muchísimos anticuerpos… Que hasta ahora nunca habían visto algo así».

El exfutbolista no ha tardado en donar sangre para combatir el SARS-CoV-2. «Nadie puede negarse a eso y menos con todo lo que estamos viviendo. En mi caso, ha sido lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo. Poder ayudar a gente de esta manera me hace sentir realmente muy bien».