El portavoz del comité de enfermedades infecciosas, Javier Arranz. | Teresa Ayuga

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Baleares suma 35 brotes nuevos de COVID-19 en la última semana. Así lo ha comunicado este jueves el portavoz del comité autonómico de enfermedades infecciosas. Estos brotes han dado lugar a 157 casos positivos y unas 178 personas en vigilancia por haber sido contacto.

De ellos, 21 afectan a las Pitiusas (cuatro en Formentera y 17 en Ibiza), 12 a Mallorca y 2 a Menorca. La mayor parte de ellos, concretamente 21, son de ámbito familiar y social. No obstante, Arranz ha precisado que 11 de ellos han sido de ámbito laboral; tres han sido mixtos (laboral y familiar).

Además, ha explicado que no se trata de brotes importantes porque todos ellos afectan a 10 o menos personas. En total se han detectado 172 brotes de coronavirus desde el inicio de la crisis sanitaria, de los que 133 siguen activos. Estos brotes han motivado la puesta en vigilancia de 1.178 personas.

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Además, ha informado que este jueves hay 325 casos nuevos detectados de COVID-19 en las Islas, una cifra que se mueve dentro de lo habitual. En total, 339 personas se encuentran hospitalizadas (ocho menos que este miércoles), 58 de ellas en la UCI (una más en las últimas 24 horas); ya ha han superado la enfermedad 2.247 personas, 39 de ellas en las últimas 24 horas.

El portavoz del comité de enfermedades infecciosas ha precisado que aunque los casos no están aumentando de forma exponencial, como hace semanas, ha destacado que les preocupa mucho el aumento de ingresos. Aunque el de la UCI se ha moderado un poco, sigue la curva que aumenta lentamente.

Preguntado por el incremento de contagios, ha respondido que la mayoría de los brotes proceden de los focos familias y sociales y ha señalado a la entrada de personas de países y comunidades con elevada incidencia de COVID-19. Por ello, ha justificado las restricciones que se han puesto en marcha. Además, lo ha atribuido a que se pensó que en verano el virus afectaría menos.