Espacios de ‘foravila’ se han convertido en discotecas y salas de fiestas improvisadas al margen de la legalidad.

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El verano de 2020 ha sido, entre muchas otras cosas, el verano en que las discotecas han estado cerradas y las pistas de baile clausuradas. Sin embargo, muchas personas se han saltado la normativa sanitaria para no frenar su diversión. La Asociación Balear del Ocio Nocturno y Entretenimiento (ABONE) ha denunciado la convocatoria de más de 60 fiestas ilegales ante la Conselleria de Turisme i Treball y la Delegación del Gobierno, según indicó su presidente, Jesús Sánchez.

Se trata de celebraciones que se han convocado a través de las redes sociales (Facebook, Instagram y Whatsapp, sobre todo) y que han tenido lugar en fincas privadas. Sánchez detalló que la mayoría de denuncias son de fiestas celebradas en Mallorca, pues no han tenido constancia de ninguna en Menorca y de unas pocas en Eivissa. De todos modos, el presidente de ABONE indicó que la patronal no es ninguna agencia de detectives privados, «por lo que seguramente se han celebrado muchas más de las que tenemos constancia».

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Las denuncias se efectuaron antes de su celebración «para que la Administración pudiera pararlas», aunque «no ha sido así», De ahí, la decepción de la patronal. Según Sánchez, del total de denuncias presentadas «solo» han recibido cuatro respuestas.

En tres ocasiones, se informó «una vez realizada la fiesta» de que se habían remitido los expedientes a los correspondientes ayuntamientos. En otra, se indicó que «no se había podido hacer nada porque no se precisaba el lugar del evento». Sobre esto, Sánchez explicó que en muchas de estas fiestas no se detallaba el lugar de la celebración para evitar la presencia policial. «Se informaba de forma privada a los asistentes confirmados unas pocas horas antes», indicó.