Menos trabajo. Una imagen de la incineradora de Son Reus, en la que se queman todos los residuos no reciclables recogidos en Mallorca. La planta está diseñada para funcionar a un determinado rendimiento. Si se queman menos residuos, los costes de la incineración aumentan. | Michel's

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La tarifa de incineración de basura sufrirá con toda probabilidad un importante incremento el próximo año. El motivo de la subida es la crisis del coronavirus, que ha supuesto una relevante caída del volumen de residuos incinerados y, a menos basura, más altos resultan los costes de incinerarla.

La tarifa de incineración la fija anualmente el Consell de Mallorca. En 2020 bajó por quinto año consecutivo y se estableció en 111 euros por tonelada. La tarifa de 2021 aun no se ha aprobado, pero TIRME ya ha enviado al Consell una propuesta. Tanto TIRME como el Consell rechazaron avanzar la propuesta a este periódico –el Consell alegó que la ha recibido hace unas pocas semanas, que se trata de un cálculo muy complejo y que aun la está estudiando–, pero Ultima Hora ha podido saber que plantea un incremento de hasta el 25 por ciento, lo que llevaría a fijar un precio de unos 140 euros por tonelada.

La concesionaria justifica el incremento en el descenso de la entrada de residuos en lo que va de año y en la previsión de que las cifras difícilmente remontarán en 2021. En un año ‘normal’ (antes de la irrupción del virus de Vuhan), Son Reus quemaba alrededor de 500.000 toneladas. Para ver cuántas se habrán incinerado en 2020 habrá que esperar a que acabe el año, pero solo durante las tres primeras semanas del estado de alarma el volumen de residuos que trató la incineradora fue un 17 por ciento inferior al del mismo período del año anterior.

El Ajuntament de Calvià ofreció hace diez días un dato más reciente: la recogida de residuos (en este caso los que se incineran y los reciclables) en el municipio ha disminuido hasta un 70 por ciento en relación a 2019.

Además, la reducción de residuos también supondrá una disminución de los ingresos que obtiene TIRME por la venta de electricidad que genera la planta.

Margen de negociación

En cualquier caso, TIRME solo ha comunicado su propuesta y el Consell puede ahora negociarla o trabajar para disminuir la subida planteada. A finales de julio, Ciudadanos ya advirtió de que la bajada en la recogida llevaría TIRME a plantear un incremento de la tarifa e instó al departamento de Medi Ambient a buscar «alternativas».

Cabe recordar lo que hizo el Partido Popular en la legislatura 2011-2015 para mantener la tarifa congelada: importar residuos de Italia para mantener los hornos a pleno rendimiento. En cualquier caso, esta ‘solución’ –que levantó una gran controversia y el rechazo de los ecologistas– está descartada, puesto que la izquierda prohibió por ley en 2019 que se pudiera introducir basura procedente de otros lugares.

Hay que señalar también que el incremento de la tarifa de TIRME no se tiene que reflejar necesariamente –o cuando menos, en todo su alcance– en el recibo de la basura que abonan los hogares. El precio del recibo lo aprueban los municipios (ciertamente, a partir de la tarifa fijada por el Consell, pero no siempre recoge su eventual incremento o bajada) e incluye la recogida y transporte de los residuos hasta la planta.