El politólogo Pablo Simón, este martes en Palma. | Teresa Ayuga

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En el marco del Atlàntida Film Fest, el politólogo Pablo Simón participó este martes en el debate ‘El periodismo contra la extrema derecha’. Una conferencia en la que puso de manifiesto el papel de los medios de comunicación para hacer frente a la situación de pandemia, salvando vidas con buena información que permiten a la población protegerse. Golpeados por una doble crisis, los periodistas combaten las fake news espoleadas por partidos de extrema derecha que intentan sacar rédito político de la situación. La búsqueda de certidumbres por parte de la sociedad y el uso de la mascarilla como posicionamiento político son algunos de los ingredientes que Simón desgrana sobre la coyuntura actual.

¿Cuáles son las falacias de la extrema derecha?

—Los partidos de extrema derecha recurren al uso de fake news, bulos o informaciones distorsionadas para ganar preeminencia en el debate. Esto varía según los entornos pero siempre va muy ligado a su agenda, que es netamente nativista y xenófoba. La mayoría de las informaciones incorrectas que utilizan están muy vinculadas a la estigmatización de los colectivos inmigrantes y al uso de recursos económicos y ayudas. Por otro lado, más vinculado a los partidos de derecha radical de España, también está la criminalización de movimientos como el feminista o LGTB.

¿El periodismo está en una situación demasiado crítica para hacerles frente?

—Los medios están en una coyuntura compleja porque se solapa un cambio tecnológico, que supone una reinvención, y por una crisis económica que golpea especialmente a los medios de comunicación y les genera una situación muy vulnerable. Los medios siempre han tenido un papel de correa de transmisión. Ya no nos fiamos de los intermediarios, de quien nos prepara la información y nos da una visión del mundo. Y hace que los medios lo tengan difícil para lidiar con la extrema derecha y las mentiras. Al contrastar las informaciones, los medios entran en la arena política y se colocan en un bando. Muchas de las acusaciones que se les hace son injustas porque hacen lo que pueden con los medios que tienen. Y muchos de ellos intentan hacerlo lo mejor posible.

En este contexto de pandemia se hace patente que el periodismo es más que necesario.

—Los medios son fundamentales en un contexto de crisis así. Se ha comprobado cómo evolucionó la infección en telespectadores de Fox News y se comparó entre dos de sus informativos: uno que le daba mucha importancia a la pandemia y otro que ninguna. Los telespectadores del informativo que no le daba importancia tienen tres veces más posibilidades de infección y de mortalidad frente a los que no.

¿Tanto influyen los medios?

—La exposición a los medios de comunicación puede ser directamente mortal. Cuando tienes desinformación, condiciona la posición que tú adoptas respecto al virus. Los medios de comunicación, con buena información, salvan vidas y son una correa de transmisión fundamental. Cuando el virus llegó a su país, la gente dejó que consumir fake news porque necesita buena información para exponerse lo menos posible a la pandemia. Los partidos de extrema derecha están interesados en jugar a la desinformación. Les interesa generar bulos para provocar más resentimiento y enfado. Si nuestros gobiernos no reaccionan bien a la crisis social, estos partidos tendrán más oportunidades.

La COVID-19 se ceba en países que la minimizaron

—En ciertos países hablan de ‘ya hemos tenido suficientes expertos’. Pero cuando nos encontramos con esta situación, la gente pide certidumbre y expertos. Por eso son castigados en las urnas o tienen problemas. Donald Trump tendrá un problema para la reelección por los efectos económicos y por minimizar los efectos de la pandemia. Lo mismo ocurre con Bolsonaro o Boris Johnson, que han acabado infectados. De hecho, en Estados Unidos, los republicanos no llevaban mascarillas y acusaban de demócratas a los que sí la llevaban.

Se avecina un tiempo de grandes cambios.

—La pandemia es una especie de dios Jano: cambiará muchas cosas. Nos desglobalizaremos y las industrias retrocederán a su país.