La operación del aumento de volumen de labios no requiere ingreso hospitalario y se aplica en bocas excesivamente finas. Su postoperatorio deja inflamada la zona y con la mascarilla ya no son visibles sus efectos. | MEDISANS

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La pandemia ha traído consigo el teletrabajo, las videollamadas y la mascarilla. Una circunstancia que han decidido aprovechar muchas personas para someterse a una operación de cirugía estética. De hecho, la imposición de la mascarilla ha sido la excusa perfecta para que una legión de pacientes se sometan al aumento de labios. Así lo confirma Marta Serna, directora médica y propietaria de Medisans, clínicas dedicadas a la medicina estética, que calcula que «el tratamiento de labios se ha disparado un 100 por cien desde el desconfinamiento».

«En mi vida había visto algo igual. Los tratamientos de labios se han disparado gracias a que las mascarillas ocultan la inflamación tras la intervención y no les preocupa que se vea si van por la calle», dice Serna.

Boom

La medicina estética está viviendo su particular boom postconfinamiento. Los pacientes están aprovechando la coyuntura para someterse a arreglos. Así, «también hay muchísimo más botox por los selfis. La gente ha estado estos meses muy metida en las redes sociales y se han visto arrugas, al igual que cuando llevan puesta la mascarilla», informa la doctora.

Los selfis y las videoconferencias han espoleado el interés por estos tratamientos para verse mejor ante las cámaras y plasmarlo así en sus redes sociales.

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Otro tratamiento que ha visto disparada su demanda es el conocido como fox eye: «Los ‘ojos de zorro' se consiguen con unos hilos en la cola de la ceja. Se ha puesto de moda y lo piden personas muy jóvenes, de entre 20 y 30 años, pero no siempre quedan bien». De hecho, Serna pone de manifiesto que cada vez pacientes mas jóvenes están pidiendo cirugías. «Es mejor una buena prevención que empezar con los retoques cuando ya hay poco que arreglar», explica Marta Serna.

El uso masivo de las cámaras del móvil y los filtros de imagen también ha irrumpido en los quirófanos de medicina estética. «El selfis ha permitido que mucha gente se aplique un filtro y cuando llega a la consulta te enseña lo que quiere ser. Aquello que se quiere arreglar se retoca con el móvil», explica la doctora.

Pese a que pueda parecer lo contrario, el hecho de que haya ERTE y despidos ha disparado las ganas de someterse a operaciones de estética. Así, «muchos pacientes aprovechan que ahora están de ERTE para hacerse una operación. Antes no podían coger una baja en el trabajo para poder pasar el proceso postquirúrgico, así que aprovechaban durante las vacaciones. Esto ya no es así».

Coyuntura

Desde el sector de la estética advierten que la situación económica que atraviesa Balears no se ha notado en la actividad de las clínicas de estética. En los centros dirigidos a un público de clase media-alta se ha percibido un incremento en la actividad.

Y en aquellos que se centran en un segmento de la población que sufren más ajustes económicos «se financian las intervenciones», lo que permite que el pago mensual se adapte a presupuestos más reducidos. De esta manera, se espera que el desempleo y los ERTE provoquen el descenso de las operaciones de estética en este segmento de la población.