Las doce unidades se embarcarán rumbo a Kenia remolcados por camiones que los llevarán primero a Barcelona y de ahí al país africano. | Associació d'Amics del Ferrocarril de les Illes Balears

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Las últimas doce unidades de trenes diesel que han circulado durante 25 años por las vías de Mallorca se despiden este martes y ponen mañana rumbo a Kenia, no sin antes regalar los oídos de sus nostálgicos con el «ruido peculiar» de sus motores en una última puesta en marcha.

El presidente de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Baleares, Miquel Àngel Riera, explica a Efe con pasión cómo estos trenes modernizaron hace un cuarto de siglo las antiguas unidades, «que estaban muy abandonadas».

Tenían por primera vez aire acondicionado y sillas «más o menos cómodas» y dieron, resume «un gran servicio» en los tres trazados de tren de la isla: Manacor, Inca y Sa Pobla.

«Todas las personas que tengan hoy 25 años han subido en estas máquinas», asegura Riera para recordar que se empezaron a sustituir por eléctricos, más silenciosos y menos contaminantes, hace unos 5 años hasta electrificar totalmente los tres recorridos.

Eso los fue apartando poco a poco de circulación hasta que dejaron de funcionar en mayo del año pasado, a pesar de que solo llevaban 25 años en marcha, cuando un tren goza de una vida media de 50 o 60 años.

Por eso se han ido vendiendo a países que aún los usan por unas circunstancias u otras. Es el caso de la región francesa de la Provenza, adonde fueron a parar las primeras doce unidades apartadas. Allí, explica Riera, hay unas zonas montañosas donde estos trenes todavía circulan.

Ahora, los doce restantes se embarcarán rumbo a Kenia remolcados por camiones que los llevarán primero a Barcelona y de ahí al país africano. «Hay una especie de mercadillo mundial de este tipo de cosas», relata Riera y recuerda que los «padres» de estos trenes, los Ferrostaal, se fueron a Argentina a seguir quemando diesel.

Los jubilados contaminan más y también generan ese ruido característico del motor de un coche, que podrán escuchar este martes por última vez Riera y otros entusiastas del ferrocarril en un acto de despedida en la sede de Serveis Ferroviaris de Mallorca de Son Rullán.

«Vamos a hacer una circulación en el interior para escuchar el ruido, que es muy peculiar», explica para felicitarse porque su asociación ha conseguido que la Administración balear guarde «una unidad de automotores de tres piezas», es decir, uno de los doce trenes, para que todo el mundo lo pueda visitar en la estación de Son Carrió, donde se va construyendo poco a poco un museo del ferrocarril mallorquín.