Turismo de cercanía. Consell y hoteleros trabajan para incentivar las estancias en establecimientos de Mallorca. En la imagen, Platja d’Alcúdia. | Archivo

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La idea inicial de Teresa era pasar sus vacaciones de verano recorriendo Escocia. Pero a tenor de la situación provocada por la crisis del coronavirus y, aunque todavía no le han cancelado sus vuelos, ha tomado la decisión de pasar sus días de asueto en un hotel mallorquín. «Creo que ahora es el momento de arrimar el hombro. Si no nos ayudamos entre nosotros, quién lo va a hacer», afirma decidida.

La pandemia y el confinamiento han transformado muchos hábitos y costumbres de nuestro día a día, pero no todo es negativo. También han ayudado ha incrementar el sentido de pertenencia y de colaboración, que puede traducirse, ahora y cuando volvamos ‘a la normalidad’, en un mayor apoyo al comercio y la producción local. A ese sentimiento van a apelar las principales instituciones y empresas de las Islas los próximos meses para afrontar una más que probable recesión, y los consumidores locales tendrán un papel fundamental. Como señala Toni Gayà, presidente de la Federación de Empresarios de Comercio de Baleares (Afedeco), «si los baleares consumen aquí, el dinero se queda en las Islas, pagamos más impuestos en nuestra Comunidad, se protegen puestos de trabajo y salimos antes de la situación tan delicada en la que estamos inmersos».

Pasamos de lo global a lo local: la economía de proximidad se convierte en imprescindible, ya que genera empleo, ofrece alternativas de consumo, distribuye la riqueza entre más actores y contribuye a formar comunidades más fuertes y resilientes, disminuyendo la dependencia del comercio exterior que, visto lo visto con el confinamiento, es muy sensible a los cambios.

Pero no será una apuesta fácil ya que el comprador, según encuestas de diferentes asociaciones de consumidores, ha perdido el miedo a las compras online y, además, se prepara para ajustarse el bolsillo, buscando las ofertas mas atractivas. Por este motivo, Govern, Consell y ayuntamientos, junto con el tejido empresarial de las Islas, preparan una serie de acciones y medidas dirigidas a que lo local sea más atractivo para el consumidor de casa.

Producto km 0. Agricultura apuesta por fomentar el consumo de productos de la Isla.

Capacidad camaleónica

No hay duda de que el turismo se ha visto afectado frontalmente por la crisis del coronavirus, y está por ver si la planta hotelera de Mallorca abrirá sus puertas los próximos meses. María Frontera, presidenta de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM), cree que «esta temporada habrá hoteles que no iniciarán su actividad por falta de demanda», pero se muestra optimista ya que «estamos trabajando muy activamente con el Consell de Mallorca, en conversaciones con líneas aéreas y otros agentes para ver la posibilidad de tener actividad con el turismo residente y el nacional.

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Pero únicamente con ellos no será factible la actividad. Precisamos de los operadores turísticos y que los propios países de origen levanten las restricciones de movilidad internacional. Lo esencial es que se haga con garantías y generando confianza a los consumidores en la fortaleza sanitaria del destino y en la camaleónica capacidad que tenemos en Mallorca para adaptar nuestros productos turísticos a los nuevos escenarios post-COVID-19», concluye.

Pesca artesanal. Los pescadores necesitan apoyo para que faenar sea rentable.

En una situación similar a la hotelera se encuentra la producción agrícola, ganadera y pesquera de las Islas. Sin hoteles y con restaurantes cerrados o a medio gas, hay un excedente al que dar salida. Por este motivo, las conselleries d’Agricultura y Afers Socials adquieren desde hace quince días los excedentes de hortaliza, fruta y leche para distribuirlos con fines sociales entre las familias con dificultades económicas de la Islas. Agricultura también promociona con las grandes superficies el consumo de producto local.

En Semana Santa fomentaron el consumo de cordero y lechona y, además, han inyectado 200.000 euros para cubrir la parte de gastos de funcionamiento de las lonjas de Palma y Eivissa y de los puntos de primera venta de Menorca y las Pitiüses, para compensar la bajada de ventas hasta el mes de junio y garantizar el buen funcionamiento y el abastecimiento adecuado para los consumidores. «Sin olvidar, que Mercapalma ha eliminado algunas cuotas para no grabar los productos, y hacerlos más atractivos», señala Miquel Capó, coordinador de Promoción Económica de Cort.

Apuesta local

El Consistorio palmesano prepara una serie de medidas para ayudar a los comercios y fomentar el consumo. Por un lado, prevé destinar 200.000 euros a ayudas directas al comercio que haya tenido que cerrar o visto caer sus ingresos durante el confinamiento.

También destinará 500.000 euros a la puesta en marcha de bonos para consumir en el pequeño comercio, bares y restaurantes de Palma. Así, los ciudadanos podrán adquirir bonos por valor de 20 euros que después canjearán en compras de 30 euros o más. Los 10 euros de diferencia, que será el descuento del que se beneficiará el consumidor, los aportará Cort. Por su parte, Afedeco ya anuncia una campaña «dirigida a recuperar la alegría, disfrutar la ciudad y que el cliente recupere el contacto con el dependiente y no con la pantalla del ordenador», asegura Toni Gayá, presidente de la asociación de comerciantes.

Artesanos. Necesitan un impulso a su producción.

Pero todo el tejido industrial y cultural de la Isla sobrevivirá si consumimos de aquí. Por ejemplo, el Teatre Principal de Palma fomentará este verano los espectáculos locales en su programación; no hay mejor momento que ahora para apostar por la moda hecha en las Islas; y no nos olvidemos de los artesanos o de la industria del mueble de Mallorca. Ahora, más que nunca, los mallorquines tenemos que pensar que a la hora de consumir, mejor de casa.

Moda de las Islas. Es el momento de apostar por los diseños de aquí, apoyando las plataformas de moda de las Islas.