Los controles sanitarios y mediciones de temperatura son continuos desde la entrada en los hoteles.

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El Gobierno chino exige medidas extremas de control sanitario en los hoteles que gestionan las cadenas internacionales, entre las que se encuentra Meliá, para evitar nuevos contagios de la COVID-19 y su nueva expansión en todo el territorio.

La cadena mallorquina cuenta con cinco hoteles, pero solo tiene operaciones cuatro: «El establecimiento que está cerrado todavía es el Meliá Shanghái Parkside, pero están abiertos el Gran Meliá Xian, Meliá Shanghái Hongquiao y el Innside Zhengzhou. En todos ellos aplicamos protocolos de seguridad a los clientes y trabajadores», señalaron ayer desde Meliá. Los hoteles abiertos, debido a la caída en picado de las reservas turísticas por el impacto directo del coronavirus, se encuentran en estos momentos entre un 20 y 40 % de media.

Protocolos

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Las medidas de prevención que China aplica en las cadenas hoteleras internacionales son extremas. Entre ellas se indica que los empleados deben comer por separado para reducir el riesgo de contagio entre ellos y que haya control de temperatura de los empleados, dos veces por turno.

Meliá, en este contexto, obliga a todo el mundo a entrar por la puerta principal y una vez allí el personal de seguridad de accesos realiza los siguientes controles: toma de temperatura al recién llegado, se pregunta a la persona de dónde viene y se verifica lo que ha dicho mediante la lectura del posicionamientos del código IP del móvil.

A esto se suma que el personal del hotel atiende con mascarillas y guantes, no se aceptan servicios de entrega de comida fuera del hotel, el roomservice se sirve empaquetado y las zonas comunes están cerradas, así como los spas y piscinas.

Meliá, asimismo, tiene en cada hotel un plan de contingencia sanitario para poder actuar en el momento que la situación lo requiera. El control es absoluto.