La medida anunciada por el Gobierno afectará en Baleares a 173.113 menores de 14 años. | Jaume Morey

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El Gobierno rectificó a las 9 de la noche de este martes lo que el Consejo de Ministros había aprobado apenas unas horas antes. Por la mañana les dejaba salir a la calle partir del lunes pero con la condición de que acompañaran a un adulto a hacer recados al súper, al banco o a la farmacia. Esa medida tan restrictiva fue cuestionada de inmediato por partidos políticos, profesionales de la educación y asociaciones de padres. El Gobierno se vio obligado a rectificar: ahora dice que dejará salir a los menores de 14 años a partir del domingo «a pasear» durante el estado de alarma por la pandemia del coronavirus. Este alivio del confinamiento afecta en Baleares a 173.113 menores de 14 años, según los datos del INE.

Albert Lobo, presidente de la Federació d’Associacions de Pares i Mares (FAPA) de Mallorca, expresó ayer que la medida inicialmente aprobada «nos sorprendió y descolocó. Era un poco extraña». Según Lobo, «poder dar una vuelta o paseo por el barrio es mucho más oxigenador que hacer cola en el banco».

Para el presidente de la FAPA, la decisión inicial «no solucionaba el cansancio de los niños de estar en casa, desde el momento en que los propios padres pueden decidir que sus hijos no les acompañen a sitios donde hay gente y pueden tocar cosas». Además, los hijos «a lo mejor van la primera vez, pero se niegan a una segunda, pues ir al supermercado o al banco no es precisamente un gran aliciente», añadió.

El presidente de la FAPA destacó también que la Convención de Derechos del Niño considera como tal a todo menor de 18 años, por lo que la decisión del Gobierno «era un poco arbitraria. Creemos que se dejó llevar por el límite de la edad pediátrica, que es precisamente la de 14 años».

De hecho la edad máxima se alargó en dos años, pues en el anuncio del pasado fin de semana el Gobierno dejaba entrever que se consideraba niño hasta los 12. «No sé qué sentido tiene alargar a los 14, como en algún lugar había que poner el corte, lo han hecho con la edad pediátrica. Podrían haber puesto los 16, o sólo a los adolescentes», señaló Mariana Mambié, presidenta de la Asociación de Pediatría de Atención Primària.

Como pediatra, y a título personal, Mambié lo tenía claro: «Que los niños salgan sí, pero de esta manera, para acompañar a hacer recados, no tenía sentido», aseguró. «Se tenía que haber hilado más fino, con una propuesta más acorde con lo que se demandaba», prosiguió en línea con lo que anunció por la noche el ministro Illa. «Esta medida inicial no cubría el objetivo de paliar la falta luz o de movimiento de los niños, sino que les permitía entrar en sitios con un volumen importante de personas».

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Mambié recordó, por ejemplo, que «las personas que van a la farmacia suelen tener problemas de salud», y a pesar de la situación óptima de la epidemia en Balears, «hay transmisión comunitaria», recordó. «Aquí todavía vamos a ciegas, hemos tenido muchos casos en domicilio con síntomas leves sin diagnóstico».

Según esta experta, lo ideal es permitir salir a los niños acompañados, delimitando una serie de actividades relacionadas con el ejercicio y manteniendo las distancias de seguridad. Esta parece ser, precisamente, la dirección que emprenderá el Gobierno tras su rectificación.

Las redes sociales sirvieron de nuevo de nexo de unión para padres indignados que hicieron una cacerolada de protesta a las 7 de la tarde contra la medida inicial. Dos horas después, el Gobierno rectificaría.

Las consultas al pediatra bajan de forma generalizada

«Lo hemos notado todos», asegura la presidenta de la Asociación de Pediatría de Atención Primaria, Mariana Mambié.

Baja de forma generalizada la consulta presencial de los niños por lo que estos especialistas han hecho incluso una campaña de captación activa de pacientes menores con enfermedades crónicas. Los pediatras recuerdan que hay circuitos separados para la atención de pacientes COVID y los que no lo son e inciden en que no es peligroso ir a los centros de salud. Por otra parte, Mambié también señala que en Baleares ha habido ingresos pediátricos a causa de la COVID-19 aunque «han sido pocos y todos ellos tenían una patología previa».