Imagen de un buitre leonado. | Redacción Local

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En 2008, el buitre leonado (Gyps fulvus) llegó a Baleares en un extraordinario evento de colonización. La especie se ha adaptado al hábitat de Mallorca y comparte territorio y recursos con el buitre negro (Aegypius monachus, voltor en catalán). Un proyecto de la investigadora Ainara Cortés, del Institut Mediterrani d’Estudis Avançats (Imedea, con sede en Esporles) profundiza en este fenómeno. Cortés disfruta de una beca Vicenç Mut otorgada por el Govern y el proyecto está promovido por la Vulture Conservation Foundation.

A principios del siglo XXI solo vivían en Baleares dos especies de aves necrófagas: el buitre negro en Mallorca y el alimoche (Neophron percnopterus) en Menorca. Pero en noviembre de 2008 llegó al Archipiélago otra especie de buitre transportada por fuertes vientos: el buitre leonado. Los vientos del oeste llevaron hasta Mallorca a más de cien individuos procedentes de la España continental que, en lugar de irse, se quedaron y colonizaron la Isla. La mayoría de ellos eran juveniles y comenzaron a reproducirse después de alcanzar su madurez sexual. En la primavera de 2012, nacieron los primeros polluelos en Tramuntana, consolidándose en Mallorca. Desde entonces, investigadores y conservadores han monitoreado la nueva especie, que se ha adaptado bien al hábitat mallorquín.

La población de buitre negro estaba disminuyendo rápidamente, dejándolo al borde de la extinción, pero gracias a los esfuerzos de conservación que redujeron la persecución humana directa, entre otras acciones, la población se ha multiplicado por 10 en los últimos 40 años. En los años 80 había unas veinte aves y, actualmente, hay alrededor de 200 buitres negros en la Isla, incluyendo aproximadamente 39 parejas reproductoras. Por su parte, hay unas 15 parejas de buitre leonado que se reproducen con éxito, presentando una oportunidad excepcional para su investigación. Este proyecto estudia los efectos y consecuencias de la llegada de la especie a Mallorca e incluye una encuesta a 160 agricultores.

«La colonización de Mallorca por el buitre leonado es un evento extraordinario», dice Ainara Cortés, añadiendo que «desde un punto de vista ecológico, el estudio nos permitirá obtener conocimiento sobre el terreno de una especie clave y ver qué sucede cuando ya hay otra en la Isla».