El endurecimiento de la normativa sobre el juego por parte del Govern tiene como objetivo evitar la entrada de menores en los salones y que se cumpla a rajatabla el registro de autoprohibidos en todas las Islas. | Redacción Sucesos

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El incremento de las quejas vecinales por la proliferación de salas de juego, principalmente en Palma, va a propiciar que el Govern paralice la licencia de nuevos salones para evitar problemas, más aún cuando Baleares es una de las cuatro autonomías con la mayor densidad de este tipo de salas por habitante.

El director general de Comerç y responsable del Servei del Joc, Miquel Pinyol, afirma que es cierto que hay una problemática latente a nivel social en las Islas «por las actuales distancias mínimas existentes entre salones en Palma, en la Part Forana y en los alrededores de los centros escolares. De momento, ya no autorizamos más oferta de este tipo en las proximidades de los centros educativos por motivos obvios, principalmente por las quejas de asociaciones vecinales».

En estos momentos en Palma hay una distancia mínima establecida de 500 metros, en la Part Forana de 250 y 100 metros en las cercanías de centros docentes.

Pinyol añade que al tener el Ejecutivo balear las competencias en materia de juego «estamos en disposición de establecer reglamentos específicos para este sector, que ha tenido un crecimiento espectacular en los últimos años por la proliferación de todo tipo de salones de y de apuestas deportivas».

Solamente superan a Baleares en número de establecimientos por habitante Madrid y Barcelona, de ahí la preocupación del Ejecutivo autonómico y de la propia Administración central. Dentro de esta dinámica, desde el pasado lunes toda la oferta de juego en Mallorca y resto de islas, en la que se incluyen bingos y casinos, está obligada a realizar un control identificativo de los clientes que accedan a los establecimientos.

El responsable del Servei del Joc apunta que la finalidad «es evitar que accedan a este tipo de salas menores de edad y autoprohibidos, de ahí que el control debe estar actualizado en tiempo real y ser muy estricto, ya que en caso contrario se aplicarán las sanciones económicas pertinentes». En el Registro de Autoprohibidos en Baleares hay en estos momentos apuntadas 650 personas, las cuales no pueden entrar a casinos, salas con máquinas recreativas, salones de apuestas deportivas a petición propia y de sus familias.

Otra cuestión que se va a controlar son las terrazas exteriores de los salones de juego que tienen un área infantil. «Esto es una ilegalidad manifiesta, porque este tipo de terrazas son de uso exclusivo para los jugadores. No debe haber párking infantil», afirma Pinyol.

Registrados más de 150 salones

El Servei del Joc tiene registrados en estos momentos en Baleares más de 150 salones, cifra que oscila de un año para otro dependiendo de los cierres que se produzcan. La mayoría de este tipo de oferta se concentra en las barriadas con más problemas sociales, de ahí que el Govern quiere incentivar al máximo los controles para evitar cualquier tipo de irregularidad y que los establecimientos cumplan la normativa vigente.