Conferencia Ricardo Martino completa, ofrecida en el Club Ultima Hora Valores el 12 de junio de 2019 bajo el título 'Cuidados paliativos pediátricos: Nos ocupamos de la vida'. | Youtube Ultima Hora

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Todo comenzó con la proyección de una diapositiva. Diversos titulares de diferentes medios de comunicación señalaban la muerte de un niño como víctima de un suceso. «Vivimos en una sociedad en la que los niños no mueren», ironizó el coordinador de la unidad de Cuidados Paliativos del Hospital Niño Jesús de Madrid, Ricardo Martino. «Formamos una opinión pública en base a titulares que son excepciones y eso distorsiona la realidad».

La conferencia del Club Ultima Hora Valores que este miércoles impartió el doctor Ricardo Martino en el Centre de Cultura Sa Nostra bajo el título ‘Cuidados Paliativos Pediátricos: Nos ocupamos de la vida’ empezó recordando que los niños, a veces, también mueren y en el 99 % de los casos no son noticia. El motivo es que la sociedad no está preparada para ver, oír o explicar algo que, sin embargo, sucede. «En castellano no hay una palabra que defina la pérdida de un hijo», señaló Martino a un auditorio dispuesto a recibir una lección sobre la vida.

Conferencia del doctor Ricardo Martino en el Club Ultima Hora

Frente a un adulto que «inventa burbujas de protección», el doctor Martino reivindicó la verdad y por encima de todo, el interés del menor. Ahí reside la clave de los cuidados paliativos pediátricos. «Los niños son más sencillos que los adultos, sus preguntas se responden con más facilidad porque solo quieren saber si morir duele o quién va a jugar con su tren», señaló el especialista. «Hay que ser cauto a la hora de tomar decisiones porque a veces los chicos están bien y son los padres los que no pueden más».

El especialista indicó que los cuidados paliativos en pediatría se rigen por tres principios básicos. Por un lado, «el niño es una persona»; en segundo lugar, «nos guía el interés del paciente», y por último, «la muerte ni se adelanta ni se retrasa porque es un hecho natural». Si bien es cierto, añadió el médico pediatra, que algunos pacientes saben que «morirán antes que otros», de ahí la importancia de potenciar unidades como la del Niño Jesús, que también existe ya en el hospital Son Espases.

Martino pidió al público y a la sociedad en general que «superen el tabú social» a la muerte porque termina transmitiendo «un mundo irreal».

Lo cierto es que hay niños que padecen enfermedades incurables, pero también hay tratamientos que permiten vivir mejor. «Muchas veces con el mismo diagnóstico y su tratamiento ya sabemos que alguien morirá en equis años y que su vida tendrá limitaciones», explicó Ricardo Martino, quien hizo referencia a historias de vida con «impactos muy grandes sobre la familia».

En estos casos hay que centrarse en el cómo y no en el cuándo. «Da igual si la vida es corta o es larga, hay que intentar que vivan mejor», argumentó. Con este objetivo se quiere que los pacientes y sus familias tengan «experiencias de lo bueno», como el simple hecho de permanecer en casa y no en un hospital, porque «les ayuda a permanecer sujetos al mundo».

Martino recordó que los seres humanos no podrían salir adelante sin los demás, ya que «depender de otros forma parte de nuestra esencia», dijo. A pesar de todo «a veces se nos olvida», por eso es bueno «romperse un pie de vez en cuando para recordarnos que necesitamos ayuda», bromeó.

Martino recordó a los espectadores la importante labor de la Fundación Porque Viven que nació para llegar allí donde no llegan los recursos públicos.

Vea aquí la conferencia completa de Ricardo Martino:

Al finalizar, el profesor y vicerrector de Campus Digital, Antonio Fernández-Coca, que con anterioridad había presentado al conferenciante con una dinámica y emotiva intervención, cerró también la conferencia abriendo el turno de preguntas. ¿Pueden los niños ser conscientes de los procesos de muerte o tomar decisiones? ¿Qué hacer para dejar de vivir de espaldas a la muerte? ¿Se forman los equipos de paliativos en comunicación? Se preguntó el público que también agradeció su «música» y su «letra» para tratar esta difícil canción.