El doctor De Sotto atiende a una paciente en la consulta de la Clínica Rotger.

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«El adolescente necesita a alguien delante con información veraz y que ni le juzgue ni le exija ser adulto». Así se recibe a los jóvenes de entre 14 y 21 años en la Unidad de Adolescencia en la Clínica Rotger y en el Hospital Quirónsalud Palmaplanas, la única de estas características en Baleares.

La declaración de principios es de Macu Moreo, médico de familia y máxima responsable del nacimiento de esta unidad hace ya dos años. «Propuse la idea porque veía un vacío. Cuando los chicos cumplen 14 años desaparecen del sistema, sin embargo en otros países existe este tipo de unidad», comenta Moreo. Ahora ya reciben con normalidad y asiduidad a adolescentes para revisiones anuales a quienes les hacen una historia clínica completa que incluye pruebas físicas, psicológicas y sociales.

Sin embargo, «vemos al mismo porcentaje de primeras visitas derivadas del pediatra, que a los que acuden a la unidad por problemas conductuales», explica Moreo.

Adicciones del siglo XXI

Según la doctora especialista, los índices de adicciones en la edad adolescente son muy altos. «No sólo porque haya una patología de base, también por una adolescencia mal llevada».

Crecen de manera alarmante los jóvenes adictos a las nuevas tecnologías incluso entre aquellos que todavía no lo saben. «Es un tema emergente y hay que darle la importancia que tiene», asegura la doctora Moreo. Por un lado, alerta del uso excesivo de los videojuegos al tratarse de «una forma más de relacionarse con los amigos», y por otro del de redes sociales.

«Es frecuente que a los 12 años la mayoría de los niños tengan acceso al teléfono, a internet y a las redes cuando hasta los 14 no se puede abrir una cuenta de forma legal sin permiso paterno». Los progenitores suelen consentir estas situaciones bajo su supervisión y una exposición a la red, en exceso, puede desembocar en que los chicos «se relacionen cada vez menos con el mundo real», comenta Macu Moreo. «Comen con el teléfono, se encierran en el cuarto con él, y lo usan antes de irse a dormir».

Desde la unidad del adolescente recomiendan a los padres que establezcan un horario para el uso de dispositivos y que, de noche, «el teléfono se quede en la sala». Advierten que a los 12 y 13 años es peligroso tener un acceso libre a internet y recomiendan que lo hagan «cuando sean responsables».

Las nuevas tecnologías generan uno de los principales problemas entre los adolescentes de esta época sin embargo en la unidad tratan también los hábitos alimenticios, la actividad deportiva o la educación sexual. «Se trata de implicar al adolescente en el cuidado de su propia salud», incide Moreo.

En las jornadas de ‘Salud en el adolescente’ de los próximos viernes y sábado en la clínica Rotger, diferentes especialistas abordarán los problemas más comunes entre los jóvenes. Pensando en un futuro cercano la doctora Moreo lo tiene claro: «Me gustaría afianzar la unidad con una base multidisciplinar y asentar el programa de salud».