Óscar de Alfonso posa en la sede del Grup Serra para la entrevista. | Teresa Ayuga

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Se la tacha de organización secreta, satánica y sectaria. Por esta razón, muchos de sus miembros se muestran todavía recelosos a confesar su pertenencia a este colectivo. Pero la masonería está dispuesta a abrir sus puertas a la ciudadanía para que conozca sus valores, entre los que destacan la solidaridad y la fraternidad.

Óscar de Alfonso, de 51 años, es el gran maestro de la Gran Logia Española (GLE), que aglutina a más de 3.000 masones –300 de ellos en Baleares–, desde el 2010. Durante estos nueve años como máxima autoridad de su organización ha viajado por todo el mundo visitando a las diferentes logias del mundo. Este miércoles, el gran maestre visitó la Isla para hacer entrega a la Asociación Española Contra el Cáncer de un cheque de 10.000 euros para colaborar en la investigación. Además, pudo conocer a la presidenta del Grup Serra, Carme Serra, y al consejero editorial, Pedro Comas.

De Alfonso explicó que «un gran maestro no tiene porqué ser el que más sepa ni el mejor masón, sino alguien con capacidad para dirigir». Dentro de su cargo, puede establecer las normas básicas que deben cumplir todas las logias.

Además, explica que «estamos intentando abrirnos y que la sociedad civil y la masonería tengan buena relación, porque hasta ahora mucha gente no sabía qué era». Confiesa que «pensábamos que sería más rápido, pero ha costado varios años el que se empiece a quitar el estigma de algo secreto».

La Gran Logia de España no acepta mujeres. En cuanto a la posición de cambiar esta norma, el gran maestro explica que «está en el ADN de la organización ser estrictamente masculina». Asegura que, por el momento, ninguno de los miembros ha propuesto la entrada de mujeres.

Para todos aquellos que dicen que es una secta, De Alfonso tiene un mensaje muy claro: «en la masonería es complicado entrar, pero muy fácil salir. Justo al revés de lo que ocurre en una secta».