Como pueden apreciar, los mamarracheros no han tenido compasión. | Click

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En vista de cómo está siendo pintarrajeada Palma, tanto en el centro como en la periferia, sin que nadie haya dado la orden de busca y captura de sus autores, no nos extraña que estos hayan decidido cargarse el conjunto escultórico que el artista catalán Josep Guinovart donó a Palma, a su Parc de la Mar.

Estaba cantado. Para ellos era como ganar la Champions. Y helo ahí. ¿Y con qué se atreverán a partir de ahora? ¿Con la Catedral? ¿La Lonja? ¿El Castell de Bellver?

Porque este monumento en concreto jamás ha estado vigilado. O no lo ha estado como debiera. Y por él, hace tiempo que el servicio de mantenimiento tampoco ha pasado, ni siquiera a echarle un vistazo, ya que los hierbajos crecen a discreción. Los barrotes metálicos que sujetan algunos de las piezas del monumento están oxidados y parte de algunos de ellos empiezan a caerse a trozos, aparte de que algunos de los elementos de la totalidad del conjunto están rotos y esparcidos por el suelo.

Josep Guinovart (Barcelona 1927–2007) expuso en numerosas ocasiones en Mallorca. Su obra es uno de los emblemas del Parc de la Mar.