Un naturalista colocando trampas para la avispa asiática. FOTO: BOTA | Foto:Pere Bota

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Una avispa asiática puede comer 25 abejas al día y los nidos grandes pueden tener entre 8.000 y 10.000 individuos. Estas características, junto a la rapidez en la que estos animales procrean, son la carta de presentación de una especie invasora que se asentó hace seis años en España y que, por ejemplo en el caso de Galicia, está amenazando seriamente la población de abejas de esa comunidad.

En Baleares, miembros de la facultad de Biología de la UIB junto a profesionales del Cofib (Consorci per a la Recuperació de la Fauna de las Illes Balears) luchan a diario para erradicar esta plaga. ¿Cómo lo hacen? En vez de buscar los nidos (son irreconocibles a simple vista, a pesar de poder llegar a ser del tamaño de una pelota de balonmano) han colocado este año 600 trampas con proteína de pescado para atraer y capturar a la avispas.

Durante los meses de primavera se colocan trampas en las zonas ‘calientes’ (donde se han encontrado avispas velutinas o nidos) para capturar reinas y que estas no puedan construir nuevas ponederos. De hecho, de cada nido secundario maduro pueden salir unas 200 reinas, que son las únicas que pueden procrear, ya que las obreras no realizan esta función.

Durante los meses de verano e invierno se continúan poniendo trampas preventivas para saber dónde se encuentran los nidos y de esta maneraí poder arrancarlos.

Mar Leza es doctora del departamento de Biología de la UIB y una de las piedras angulares de este proyecto. «Esperábamos este año encontrar entre 100 y 500 nidos. Esto no ha sido así. En el trampeo de primavera únicamente se han obtenido 10 reinas y actualmente no se ha localizado ningún nido secundario. Los resultados son muy positivos pero no hay que bajar la guardia. Este año viene todo muy retrasado, por lo que todavía podríamos encontrar algún nido», explica Leza.

«Mallorca –sentencia la investigadora– podría convertirse en un referente mundial a la hora de contener esta especie, ya que hay algunos factores que juegan a nuestro favor como, por ejemplo, que somos una isla. Entonces el trasiego de avispas es menor al estar aislados y eso facilita el trabajo».

Víctor Colomar es el coordinador del equipo de control de fauna del Cofib y la persona encargada de dirigir las operaciones a pie de campo. De hecho, hay una persona encargada únicamente de colocar y revisar a diario las trampas colocadas con la intención de capturar el mayor número de avispa asiática posible. «Dentro del mundo del control de especies todo evoluciona muy rápido, a parte de la conciencia social y de que la ciencia se da cuenta de que es muy grave que se instale una especie invasora, en este caso con el potencial negativo que puede tener la avispa asiática. Vamos adquiriendo conocimientos y tecnología.

Si añadimos estos dos factores a la experiencia de campo, podemos decir que estamos creando buenos equipos de trabajo», afirma Víctor Colomar.