Palmactiva sitúa el año de apertura de este establecimiento en el 1914, y fue abierto por Antonia Vila, la primera generación. «Años después se cerró y se abrió la actual tienda, en Avenidas. Eso fue en el año 1918, por lo que este año hacemos cien años», cuenta Soler, quien asegura además que «no hemos cerrado nunca».
Posteriormente, el negocio pasó a manos de su hija, Catalina Vila, y después cayó en manos del nieto de la Fundadora, Joan Cirer. Este hombre lo regentó hasta el año 2008, cuando cogieron el relevo sus hijas Vanessa y Lara, actuales propietarias. Excepto en el lapso de tiempo que fue regentado por Joan Cirer, el negocio ha sido siempre llevado por mujeres.
El encargado cree que el secreto del éxito de La Mallorquina pasa por «intentar no modificar los procesos de elaboración de nuestros productos. Las recetas pasan de generación en generación». Este horno se centra sobre todo en producto mallorquín, y Soler aseguró que «son los productos de siempre: ensaimadas, cocarrois, crespells... sólo hemos añadido algunos pasteles». Lo que más se vende, explica, «es la ensaimada. Los turistas que la compran suelen ser españoles, y prefieren la de cabello de ángel. Los mallorquines, sin embargo, son más de crema quemada o chocolate».
La crisis hizo mucho daño a los pequeños comercios, y la Mallorquina no fue una excepción. Este horno abrió una segunda tienda en el mercado de Joan Crespí en los 90, que pasó a situarse enfrente en 2004, cuando este mercado cerró. Can Pastilla también tiene su local de La Mallorquina, abierto desde el año 2005. Estas aperturas sucedieron un par de años antes de la crisis económica que azotó el país, y el encargado asegura que se han mantenido a flote «gracias a la fidelización de los clientes, que seguían comprando». Pero este horno no sólo fideliza clientes, sino que los empleados que conocen lo que es trabajar allí, se quedan. Soler explicó que «hay pasteleros que, cuando se han jubilado, han traído a sus hijos a trabajar aquí, siguiendo las recetas que ellos utilizaban».
El encargado del establecimiento ve una «muy buena idea» la creación del Catálogo de Comercios Emblemáticos por parte de Cort. Explica que «el estar incluidos nos ayuda por tema de subvenciones, además se hace una buena publicidad». A pesar de eso, lamenta que «de una reunión a otra hay muchos comercios que han tenido que cerrar. Esperemos que no nos pase a nosotros».
7 comentarios
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Los productos son muy buenos y la amabilidad del personal excelente. Siempre que tengo la oportunidad, paso por allí a comprar pan o pasteles y, la mayoría de las veces, hay cola porque tienen muchos clientes.
Como comentan aquí, es una pena no poder encontrar un pan moreno como los de antes, eso significa que no utilizan la misma materia prima. He probado los llonguets y también otra pena, aparte de feos y deformes, son muy blancos y parecen secos... Creo que se puede y deberían mejorarlos... Si no ofreces calidad y buenos productos, los clientes se pierden.
@joansastre... mes clar impossible...si vols menjar bon pá...te has d'anar a nes pobles....a palma ( no dire noms)...nomes hi ha 2 o 3 que es pá sigui bó al dia siguent
Bla bla bla...Com tots es forns... No val res.....Ja no queden forns com es d antes, un bon pa moreno, una barra ben cuiteta q faci crec, crec, una bona panada com ses que feien ses nostres padrines, una bona coca, un palo de nata.... Tristament tot aixó s ha perdut.... Pd: Per favor, comentau forns bons de veres, com es d antes, es igual si estàn a un poble, prendé nota. Gracis.
Yo antes les compraba las ensaimadas, para cuando iba de viaje y quería regalar algo bueno típico de aquí. Sigo yendo de viaje y compro ensaimadas, pero no de La Mallorquina.
....y en la ensaimada hay que poner seïm suficientemente, sin él la ensaimada no vale nada.
y con la crisis tambien llego el abaratamiento en la materia prima y que las barras de esta panaderia por la noche se conviertan en armas duras como piedras..Pan Malisimo! o al menos la tienda de Joan Crespi..