Rubén Llach, Beatriz Ley y Carlos Martíns, junto al vicepresidente y consejero delegado de Meliá, Gabriel Escarrer Jaume; la presidenta del Govern, Francina Armengol; el alcalde de Calvià, Alfonso Rodríguez Badal y Marc Hoddinott, en la inauguración del nuevo hotel de Meliá en Magaluf. | Pere Bota

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La inauguración del hotel Calvià Beach The Plaza y Momentum Plaza sirvió este jueves para que Govern, Ajuntament y Meliá Hotels International resaltarán que sí es posible recuperar un destino turístico maduro como Magaluf, marcado por la mala imagen que tiene a nivel internacional por los excesos de Punta Ballena.

Meliá Hotels International, que ha invertido en la zona más de 200 millones de euros en los últimos años, puso ayer la «guinda del pastel» a su apuesta empresarial en esta zona turística al culminar el proyecto Sol House Calvià Beach, integrado por los hoteles Sol House The Estudio, Sol Wave House, Calvià Beach The Plaza y el centro comercial Momentum Plaza.

La presidenta del Govern, Francina Armengol, resaltó en el acto inaugural «la apuesta empresarial por transformar un destino con criterios de sostenibilidad social. El trabajo ha sido duro, así como la inversión realizada, pero el resultado final compensa este esfuerzo por transformar una zona turística tan emblemática».

Armengol felicitó al Ajuntament de Calvià y a Meliá «porque esta estrategia va en consonancia con la política turística del Govern, basada en una clara apuesta por la excelencia turística, la calidad y la búsqueda de mercados y productos para alargar la temporada».

El alcalde de Calvià, Alfonso Rodríguez, afirmó que la apertura del hotel «supone la recuperación y reconversión del corazón de Magaluf. En los últimos diez años ha pasado de ser un muro a un espacio abierto de actividad comercial y de tránsito de turistas y residentes». Rodríguez agradeció la apuesta de Meliá, «no solo por lo que hoy (por ayer) inauguramos, sino por el esfuerzo inversor en la reconversión de Magaluf y la apuesta de la compañía por cuidar su cuna. Además, el hecho de que vaya a estar abierto todo el año tendrá un impacto en el tejido comercial de la zona».

Hotel Calvia Beach. foto bota.jpg

Ante más de 250 invitados, el vicepresidente ejecutivo y consejero delegado de Meliá Hotels International, Gabriel Escarrer, aprovechó para resaltar lo que significaba para la cadena que fundó su padre el evento «porque simboliza para Meliá la terminación de la última fase de un proyecto complejo, ambicioso, apasionante y pionero, como es la transformación de Magaluf y su recuperación como destino de calidad».

Recordó el momento en que la compañía decidió apostar por este destino, «que se había convertido en una rémora para nosotros y para toda Mallorca, al ser un destino inseguro, desacreditado y con un modelo turístico insostenible por su ausencia de viabilidad social y económica».

Escarrer explicó que Magaluf, donde contaban con más de 3.000 habitaciones, se había convertido en el menos rentable del mundo y «en un problema para la reputación de nuestra marca».

El master plan elaborado y proyectado por el consejero delegado y su equipo buscó «dar una segunda oportunidad con un modelo innovador y de turismo responsable y sostenible».
Estrategia

Escarrer resaltó que transcurridos siete años Magaluf ha recuperado su atractivo para un turismo de calidad, con una segmentación muy diferente y que ha logrado que el 60 % de la planta hotelera actual sea de 4 ó 5 estrellas». La inversión y esta clara apuesta empresarial ha ido, poco a poco, calando en los mercados emisores y a nivel empresarial, de ahí la captación de nuevos nichos de mercado y de marcas turísticas de alto nivel en el segmento del ocio, restauración y el comercio, según Escarrer. Así, el hotel Calvià Beach Plaza, en su opinión, es «el más moderno de España y una explosión de cordura en el centro de la ciudad».

Hotel Calvia Beach. foto bota~06.jpg

Pese a todo, el consejero delegado de Meliá reconoció que quedan por solucionar muchas cosas y que hay retos por acometer, pese a las fortalezas del nuevo Magaluf. No obvió en su discurso a Punta Ballena: «Se trata solo de una calle de 500 metros y que representa un modelo turístico inaceptable e indeseable, pero que sigue siendo la imagen predominante en las mentes del público de España, Reino Unido y el resto de Europa».

Invitó a los presentes a que se dieran una vuelta por Punta Ballena para ver el contraste de lo que se quiere en Mallorca.