Luis Ladaria, entrando en el templo | Josep Pons Fraga

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Luis F. Ladaria Ferrer ya ha sido creado cardenal. El papa Francisco le ha asignado la iglesia de San Ignacio de Loyola, en Campo de Marcio, Roma.

Además de Ladaria Ferrer, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, también es cardenal desde este jueves el misionero claretiano Aquilino Bocos Merino, a quienes el pontífice impuso el birrete y anillo cardenalicio, en una ceremonia que se ha celebrado esta tarde en la basílica de San Pedro.

El jesuita nacido en Manacor y el claretiano de Canillas de Esgueva (Valladolid) fueron dos de los 14 nuevos cardenales procedentes de varios países, once de ellos electores para un posible cónclave, creados este jueves por el papa.

Ladaria Ferrer, que ocupa uno de los cargos más importantes en la Curia, el Gobierno de la Iglesia católica, tiene 74 años, y por tanto formaría parte del cónclave y habrá así cinco cardenales españoles.

Por su parte, Aquilino Bocos Merino, al ser mayor de 80 años, no participaría en la elección del nuevo pontífice pero fue designado como cardenal al haberse «distinguido por su servicio a la Iglesia», como dijo Francisco al anunciar los nombres de los nuevos purpurados.

Francisco, bendiciendo a Luis Ladaria

El papa en la homilía recordó a los nuevos cardenales que «la máxima condecoración» y la «mayor promoción» que pueden obtener es «servir a Cristo en el pueblo fiel de Dios, en el hambriento, en el olvidado, en el encarcelado,en el enfermo, en el tóxico-dependiente, en el abandonado».

Les instó a que nunca miren «a los demás por encima del hombro» y que solo es «lícito mirar a una persona desde arriba hacia abajo, cuando la ayudamos a levantarse».

Tras la homilía, el papa leyó la fórmula de creación de los nuevos purpurados y siguió después la profesión de Fe y el juramento de los cardenales leída en nombre de todos por el patriarca caldeo, Louis Raphaël I Sako.

De rodillas ante el papa, recibieron el birrete que el papa les recordó que es «rojo como signo de la dignidad del oficio de cardenal, y significa que estás preparado para actuar con fortaleza, hasta el punto de derramar tu sangre por el crecimiento de la fe cristiana».

Y el anillo «signo de esa dignidad, de solicitud pastoral y de la más sólida unión con la Sede del Apóstol San Pedro».
El papa intercambió después el beso de la paz con los nuevos miembros del Colegio Cardenalicio y les asignó una diaconía, una parroquia romana, con la que están vinculados al clero de Roma.

Una delegación de la diócesis de Mallorca, encabezada por el obispo Sebastià Taltavull, ha asistido al consistorio ordinario de San Pedro y San Pablo en el que el papa Francisco ha creado catorce nuevos cardenales, entre ellos el jesuita mallorquín Luis F. Ladaria Ferrer.

Participan en esta delegación la consellera de Hacienda del Govern balear, Catalina Cladera; Kika Coll, directora insular de Patrimonio del Consell de Mallorca, una amplia representación de la familia Ladaria y un grupo de fieles mallorquines. Acompaña al obispo Taltavull el vicario episcopal Marià Gastalver.

Este viernes, a las 9.30 horas, junto con el papa Francisco, los nuevos purpurados concelebrarán la misa solemne de San Pedro y San Pablo.