Procesión de sa Indioteria. | Click

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Un año más salió la procesión de sa Indioteria hasta la Sang. Y un uño más lo hizo de madrugadas, en esta ocasión portando el paso del Nazareno, según el párroco Tomeu Suau, «porque así lo han querido ellos». Tras una parada en la Plaça España, donde hubo refrigerio para todos, y donde el obispo Sebastià Taltavull se sumó al cortejo, entre la gente, como uno más, se reanudó el camino hasta la Sang.

Este año, el símbolo de esta procesión fue el de la amistad. «Cristo es el amigo que siempre está ahí -nos decía Tomeu Suau-. El amigo al que muchas veces ignoramos, pero que siempre nos recibirá de buen grado por mucho que le hayamos despreciado».

También habló de la amistad de Cristo hacia nosotros el obispo, una vez en el templo, final del recorrido, donde el párroco de sa Indioteria le había hecho entrega de una cruz con una flor, «que significa la resurrección».

Entre los asistentes, muchos jóvenes y bastantes niños que se sumaron junto con sus abuelos en la Plaça d’Espanya, lo cual indica que hay cantera, buena señal.