La mediadora cultural de Metges del Món posa para la entrevista. | Metges del Món

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La ONG Metges del Món organizó este martes una jornada de sensibilización sobre la mutilación genital femenina, aprovechando el Dia Internacional de Tolerancia Cero con esta práctica. La costumbre, que parece medieval, se sigue llevando a cabo a día de hoy. Sudán es el país con mayor índice de mujeres mutiladas, casi la totalidad de ellas, y Guinea Conakry es el segundo, ya que el 97 por ciento de las guineanas han padecido este tipo de lesión.

Mariama Diallo (Guinea Conakry, 1977) es una de las miles de mujeres que han sufrido mutilación genital. Lleva en España desde el año 2011, y desde enero de este año es la mediadora intercultural de Metges del Món. Tiene un objetivo claro dentro de la organización: que las mujeres africanas «sepan las consecuencias de la mutilación genital. Además, también educamos en igualdad, y hablamos de sexualidad y reproducción». Diallo, como la práctica totalidad de las mujeres guineanas, fue víctima de una ablación ?eliminación del clítoris? cuando contaba con tan sólo cuatro años. La guineana explica que esta práctica es «cultural» y que se hace «para dominar a la mujer. En mi país existe la creencia de que si una mujer no es mutilada, se va a ir con los hombres, y va a tener ganas de acostarse con ellos». De hecho, si una mujer africana mantiene sus genitales intactos es complicado que encuentre marido.

Las mutilaciones pueden ser de varios tipos, la eliminación de clítoris es la más habitual. Otra de las lesiones posibles es añadir el corte de los labios menores, e incluso de los mayores, eliminando la totalidad de los órganos sexuales externos. Diallo explica que «otra de las mutilaciones que se ejercen sobre las mujeres, aunque en menor medida, es el coser los labios vaginales. En mi país se lo hacen a las chicas que son muy espabiladas, por miedo de los padres a un embarazo fuera del matrimonio, y por tanto, a la deshonra».

Los resultados de esta práxis son estremecedores. Además de eliminar el placer sexual de sus vidas, aproximadamente una de cada diez se desangran hasta morir en la cama de la «mutiladora», según nos cuenta la mediadora. También pueden tener problemas en el parto, e incluso infertilidad.

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Diallo cuenta que Metges del Món «quiere crear un puente entre España y África, ya que en mi país, para hacerlo más legal quieren que las mutilaciones se realicen en los hospitales para minimizar los riesgos. Esto no puede ser, esta práctica tiene que desaparecer», concluye.