Imagen de las obras de un hotel en el antiguo convento de las monjas reparadoras. | J. TORRES

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Las obras del futuro hotel Icon Rosetó Petit Palace Inside están haciendo la vida imposible a los vecinos de la calle de la Rosa y la plaza Weyler, ya que trabajan hasta los días festivos, pese a no tener autorización para ello. Los vecinos han presentado numerosas denuncias y critican la inacción del Ajuntament de Palma. Aunque este establecimiento no tiene autorización para trabajar los festivos –sí la tuvo entre el 26 de marzo y el 10 de julio–, Cort no ha tomado medidas.

Desde la Policía Local sí han confirmado a este periódico que el pasado 6 de diciembre, festivo en el que se conmemoraba el Día de la Constitución, recibieron varias llamadas de los vecinos. Una unidad policial se personó en la zona y pudo constatar que se estaban haciendo obras, que generaban ruido. Los agentes enviaron un informe a la Regidora d’Urbanisme para que tomara las medidas pertinentes. Sin embargo, en este área aseguran que aún no han recibido el acta policial.

Desde el área de Sanitat sí confirmaron que esta obra no tiene autorización para trabajar los días festivos si genera ruido. Fuentes municipales también señalaron que la Policía Local ha ido en «multitud de ocasiones» a la zona, debido a las denuncias de los vecinos, pero aseguran que solo han podido constatar un incumplimiento por parte del promotor. En concreto, se trataba de un asunto de disciplina urbanística, ya que el establecimiento no tenía expuesta la placa de la obra.

Sin embargo, los residentes en la zona acusan al Pacte de «mirar para otro lado» y denuncian que «hasta ha desaparecido un acta hecha por la Policía Local el pasado 1 de marzo». Los vecinos no quieren dar sus nombres por temor a represalias -aseguran que hay implicadas personas «importantes»- y denuncian que la obra les impide «hasta pasar andando, dejándonos encerrados en nuestra calle».

Además, añaden que los trabajadores los insultan y los tratan con prepotencia. «Nos han ido demostrando su falta de incivismo total y absoluto, tirándonos comida y bolsas sucias a nuestros balcones, orinando contra las paredes, a pesar de tener un local alquilado al lado donde poder comer y hacer sus necesidades, ponen la música a tope desde las 8 de la mañana; incluso a una vecina la intentaron pegar y amenazar, hechos que denunció ante la Policía Nacional».

Los residentes en la zona explican que desde el pasado 6 de enero están viviendo una «pesadilla» y entienden que Cort está actuando con prevaricación, por lo que recurrirán a los tribunales; algunos de ellos están teniendo incluso problemas de salud y aseguran que aportarán partes médicos. Además, lo han denunciado ante la Oficina de la Defensora de la Ciudadanía.

La defensora, Anna Moilanen, ha pedido al gobierno municipal en varias ocasiones que actúe. Además, ha advertido que la empresa que lo está construyendo se ha creado solo para esta obra y prevé que cuando finalice los trabajos se disuelva. Por tanto, Cort no podría imponerle ninguna sanción. A su entender, el Consistorio ya tendría que haberla sancionado por los problemas de ruido y suciedad que ocasiona a los vecinos.