Ante la ausencia de pisos económicos, ahora se alquilan habitaciones cuyos precios oscilan entre los 300 y los 500 euros al mes.

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El súbito encarecimiento del alquiler y la ausencia de oferta de viviendas en Palma está obligando a tomar medidas desesperadas a las familias mileuristas. Desde el Ajuntament de Palma, Cáritas y agentes inmobiliarios están constatando casos de dos, tres y hasta cuatro familias de clase media que comparten vivienda para poder pagar alquileres, cuyos precios pueden llegar a los 1.200 euros en la actualidad.

El perfil de los habitantes de esta nueva oleada de ‘pisos patera' es el de «familias españolas y trabajadores precarios que ya no pueden pagar las rentas y se van juntos a pisos. Hay pisos de cuatro habitaciones donde vive una familia por cuarto», advierte Pedro García, presidente de la Associació Balear de Serveis Inmobiliaris (ABSI). Pese a contar con trabajo, muchos no pueden permitirse mes de entrada, fianza y mes para la agencia, lo que les supone adelantar hasta 4.000 euros.

Otro perfil que se está reunificando bajo el mismo techo es el de pensionistas que hasta ahora tenían un alquiler antiguo (de entre 200 y 300 euros al mes).

Rentas antiguas

Desde la Oficina Antidesahucios del Ajuntament de Palma se están encontrando con ancianos “de hasta 70 y 80 años, con pensiones de 600 euros, que hasta ahora vivían en una renta antigua pero el propietario se la reclama para un familiar. Muchos no saben donde ir, así que intentamos buscar perfiles similares para que puedan pagar la vivienda”, explica Marga Cladera, coordinadora de la Oficina Antidesahucios.