La reina Sofía, en su visita al laboratorio de la UIB en 2014, con Escribá en el extremo izquierdo de la imagen. | Redacción Local

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El entramado empresarial del catedrático Pablo Vicente Escribá no se circuscribe a Palma y Busdapest, también se extiende a Salamanca. Su esposa, Juana Alemany Serra, es la administradora única de Neurofix, una empresa que se instaló en mayo de 2016 en el parque de esta Universidad y desde la que busca inversionistas para continuar con sus investigaciones. «Si desea estudiar una inversión en Neurofix y obtener más detalles del proyecto contacte con nosotros», dice la página web de la compañía.

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Neurofix es la titular de la molécula NFX81, que según la documentación de la propia empresa «permite la recuperación de hasta el 80 por ciento de la movilidad de ratas parapléjicas tras 28 días de tratamiento». Añade que «nuestro objetivo es convertir esta terapia en un tratamiento que permita devolver la movilidad, y con ello mejorar la calidad de vida, a muchas personas. Este tratamiento reduciría el altísimo coste social que tiene la lesión medular y, naturalmente, supondría una fuente de ingresos para la empresa y sus inversores y para la comunidad».

Uno de los aspectos más llamativos de la presentación de Neurofix, de la que Juana Alemany es administradora única desde el 20 de abril de 2015, es el reclamo a los inversores. «Hasta la fecha un grupo de inversores privados han aportado más de 0,5 millones de euros en capital que, junto con el resto de financiación pública no dilutiva, hemos utilizado para avanzar los prometedores programas de I+D priorizando el proyecto de NFX81, que estamos investigando para el tratamiento de lesiones medulares», señala la introducción de la ‘invitación'.